• Carlos Jaramillo Palacio

martes, 19 de diciembre de 2023

Ante el incremento preocupante de las cifras, es fundamental saber qué hacer en este tipo de situaciones y saber quién le puede ayudar

Las cifras de violencia intrafamiliar y de pareja no paran. De acuerdo con el último informe de Medicina Legal, entre enero y septiembre de 2023 se han registrado 36.626 casos, de los cuales 27.327 fueron por violencia de pareja, siendo las violencias más comunes del tipo físico, psicológico, económico, patrimonial y sexual.

Y en el 2022 las cifras también fueron muy altas. El año pasado se presentaron un total de 61.672 casos, 13.891 corresponden a hombres y 47.771 a mujeres.

Para evitar estos casos de violencia intrafamiliar es clave identificar esos signos de alarma, incluso antes de una agresión, y cómo estas señales de advertencia pueden indicar un comportamiento abusivo o peligroso en una persona, por ejemplo, el control excesivo, aislamiento social de la pareja, “pequeñas agresiones” físicas o verbales y los celos extremos.

Pero aparte de identificar esos signos de alarma y evitar que pase a mayores, es fundamental saber cómo denunciar y qué hacer. Es en este punto en el que la investigación forense se vuelve un aspecto importante a la hora de documentar ese tipo de pruebas, que son fundamentales en un proceso jurídico. “Se deben realizar investigaciones forenses integrales con el fin de recopilar pruebas que respalden los casos de violencia doméstica”, explica Ana María Zapata, médica forense del Centro de Especialistas Forenses Aníbal Navarro.

Adicional a las pruebas que se deben presentar de la agresión de la que está siendo víctima, hay otros aspectos que debe tener en cuenta y que toman especial relevancia.

Como primer aspecto, tenga en cuenta que para denunciar los casos de violencia intrafamiliar o de pareja no tiene fecha límite. Lo puede hacer después de años de la agresión y es viable jurídicamente. En los casos que ha pasado mucho tiempo desde el hecho, lo que prima es la consistencia del relato y una buena entrevista por parte de un médico forense que investigue a fondo los sucesos, ya que por el tiempo es probable que no se obtengan hallazgos físicos.

Como segundo aspecto a tener en cuenta son las pruebas testimoniales del círculo cercano de la víctima, quienes pueden ser importantes como material probatorio, además presentar pruebas documentales como fotos y archivos.

En este punto cobra una especial importancia tener una cadena de custodia sobre estas pruebas documentales como fotos y archivos con informática forense donde exista una consistencia con los sucesos; es decir, toda la documentación que permita constatar los hechos. Y por último, y tal vez lo más fundamental, es llevar el caso ante las autoridades y buscar ayuda con las diferentes entidades destinadas a brindar ayuda legal y psicológica.

Después de tener en cuenta estas indicaciones y la respectiva denuncia, los expertos en salud, abogados, médicos forenses, autoridades y demás comienzan la atención necesaria a los implicados y trabajan en conjunto para un abordaje integral en los casos de violencia intrafamiliar y de pareja, además de garantizar el debido proceso y la protección de la víctima.

De acuerdo con especialistas forenses, los mayores retos que afrontan a la hora de este tipo de situaciones y hacer un examen e investigación con rigor son el miedo que tiene la persona a denunciar y afrontar el proceso judicial, el miedo a perder la pareja o dañar los vínculos emocionales con la familia o, incluso, la esperanza de que la persona agresora llegue a cambiar su comportamiento.