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miércoles, 29 de marzo de 2023

Por un lado, en menos de tres años, muchas sociedades se han visto avocadas a incorporar sistemas de prevención de lavado de activos y financiación del terrorismo y, además, programas para combatir la corrupción. Por el otro, el compliance ha ido sofisticándose y ganando popularidad, principalmente entre las entidades financieras.

Sin embargo, el compliance suele asociarse estrictamente al cumplimiento regulatorio/impositivo, mientras que, en realidad, se trata un mindset digital, en concreto, la incorporación de un esquema tecnológico para optimizar procesos internos en el funcionamiento de las empresas financieras, que involucra, asimismo, un gran programa de transparencia y de ética organizacional, que impacta positivamente en todos los componentes de una organización.

La vigilancia de los entes reguladores y el desarrollo de la tecnología del compliance responden, en parte, al surgimiento de nuevas industrias, con nuevos productos, y a un entramado financiero global con peculiaridades no vistas antes, por ejemplo, la posibilidad de que una fintech tenga presencia simultánea en diversos países y, con lo cual, se encuentre expuesta a distintas regulaciones específicas, propias de cada mercado (y también de cada industria: no es lo mismo un banco que un laboratorio que produce fentanilo).

En tanto, Colombia es la cuarta economía más grande de América del Sur y ha experimentado un crecimiento sin precedentes en los últimos años, atrayendo a inversionistas globales. Colombia es hoy el tercer país con más fintechs de Latinoamérica y el tercero que más inversión ha recibido.

Con todas las oportunidades comerciales que han ido apareciendo, los delincuentes también han comenzado a explotar las lagunas del sistema para delitos financieros como el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo.

Los organismos encargados de hacer cumplir la ley colombiana han estimado que hay alrededor de $ 20 mil millones en el país directa o indirectamente relacionados con el lavado de dinero, lo que representa el 6% del PIB anual de Colombia, según los informes más recientes.

El 2022 fue el año récord en sanciones de la Superintendencia Financiera a entidades vigiladas por temas de compliance. Estas penalidades económicas superaron los 2.5 mil millones de pesos.

Los bancos se hallan en la primera línea de la costosa batalla contra el lavado de dinero. En 2020, las instituciones financieras gastaron 213.9 mil millones de pesos en cumplimiento de delitos financieros a nivel mundial, un 18 % más que en 2019.

Estimaciones recientes fijan el impacto del lavado de dinero entre el 2 y el 5 % del PBI mundial, es decir, alrededor de 800 billones de pesos. Esto significa que 2 trillones fluyen hacia manos de terroristas y de traficantes cada año (Naciones Unidas, Lavado de dinero)

Bajo esta óptica, el principal regulador —no el único— al que se enfrentan las sociedades comerciales colombianas es la Superintendencia que tenga competencia para vigilar aquellas. A nivel nacional, contamos con las siguientes entidades:

  • Superintendencia Financiera.
  • Superintendencia de la Economía Solidaria.
  • Superintendencia de Subsidio Familiar.
  • Superintendencia Nacional de Salud.
  • Superintendencia de Industria y Comercio.
  • Superintendencia de Sociedades.
  • Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada.
  • Superintendencia de Notariado y Registro.
  • Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios.
  • Superintendencia de Transporte (anteriormente denominada como «Puertos y Transporte»).

Ahora bien, ¿cómo puede el compliance optimizado mitigar los riesgos de incumplimiento regulatorio en el caso de las financieras?

Cómo el compliance mitiga el riesgo

Las respectivas superintendencias o autoridades de inspección, vigilancia y control determinarán el contenido de los programas de transparencia y ética empresarial teniendo en cuenta criterios tales como el sector, los riesgos de este, el monto de los activos, ingresos, el número de empleados y objeto social.

En esta dirección, el compliance comenzó a aplicarse hace algunos años a empresas del sector financiero, y, hoy en día, se hizo extensivo a más sectores. El término está asociado, entre otras cuestiones, a medidas y controles que adoptan las organizaciones para cumplir con las normas y reglamentaciones que las regulan. El compliance no solo permite a las empresas alinearse a la normativa para evitar sanciones, sino que también se trata de detectar riesgos de manera temprana y hacer cumplir los requisitos de la gobernanza para garantizar la seguridad y transparencia del sistema.

El concepto de “cumplimiento” tiene que ver con ajustarse a una norma. Por eso, cuando nació el cumplimiento regulatorio o compliance, lo hizo ligado a las regulaciones o normas que las empresas tienen que cumplir para alcanzar los objetivos que se proponen.

El compliance es un enfoque que garantiza que todos los requisitos de gobernanza necesarios puedan cumplirse sin malgastar esfuerzos. De ahí la relevancia del desarrollo de una “cultura de cumplimiento empresarial”. Esto consiste en el establecimiento de procedimientos para evitar incumplimientos, irregularidades e infracciones dentro de las empresas. Asimismo, es oportuno destacar que una de las características principales del compliance es que no hay una forma estricta de cómo cumplirlo. Es decir, la norma te dice que tienes que cumplir con A, B y C, pero la forma de hacerlo es completamente abierta, por eso los programas de compliance entre todas las empresas son similares mas no idénticos. El compliance se ajusta a la organización y a la actividad de cada empresa.

El compliance es una práctica con muchas aristas

El compliance tiene muchas aristas. No alcanza con la adopción de un código ético, sino que debe implantarse en las empresas como un proceso. En muchas organizaciones, existe un área responsable del cumplimiento o un oficial de cumplimiento (compliance officer), que se dedica exclusivamente a velar por esta práctica y garantizar que la compañía se adapte a la regulación que la rige.

El cumplimiento regulatorio permite identificar y clasificar riesgos, y así establecer mecanismos de prevención y de control. Estos mecanismos son centrales para cumplir con los requerimientos regulatorios. Contempla códigos de conducta y reglamentaciones, tales como responsabilidad social corporativa, protección de datos personales, prevención de lavado de dinero, lucha contra el financiamiento del terrorismo.

Para llevar esto a cabo, es preciso contar con tecnología regtech, puesto que el cumplimiento regulatorio consume mucho tiempo, recursos y genera fricción interna y con los usuarios. Por eso, las soluciones regtech son la respuesta a la necesidad de reducir los costos de recursos y el tiempo empleado en el cumplimiento, en particular, cuando estos se realizan de forma manual.

Además, las soluciones tecnológicas son muy prácticas, ya que permiten adaptarse a los nuevos requerimientos a medida que entran en vigencia. Por lo tanto, garantiza que las empresas cumplan eficazmente con la evolución del marco normativo que las regula.

Esta tecnología es útil porque brinda la información de manera ordenada y precisa, en tiempo real, un notorio beneficio tanto para los oficiales de cumplimient y sus equipos como para los organismos de control. En el caso estricto de las financieras, al contar con un centro de monitoreo integral, por ejemplo, pueden detectar eventuales casos de fraude o recibir alertas sobre una regulación nueva o sobre la proximidad de una auditoría.

Así resultan clave áreas del compliance como el monitoreo transaccional, muy utilizado para cumplir con la normativa sobre prevención de lavado de dinero (AML); el reporting al regulador competente de manera automática, con lo cual se ahorran recursos variados y se reducen las posibilidades de error humano; la elaboración de matrices de riesgo y de perfiles con la tecnología adecuada; el onboarding digital y el conocimiento de los clientes a través de procesos automatizados y optimizados para paliar el riesgo de que usuarios malintencionados usen a una organización financiera como rampa para comer delitos.

Todos estos ejemplos de aplicación de tecnología y procesos propios de la vertical regtech hacen que el cumplimiento regulatorio sea más eficiente y se reduzcan infracciones involuntarias. Y, además, las compañías minimizan tiempos, optimizan recursos, ganan dinero, mejoran la experiencia de los usuarios y, sobre todo, conservan su buena reputación.

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