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  • Germán Corcho Tróchez

lunes, 11 de noviembre de 2013

Antes de asumir el 22 de marzo del año pasado como fiscal general de la Nación, el último pago que Eduardo Montealegre Lynett recibió fueron $300 millones como representante de Saludcoop, dio a conocer el viernes su abogado. La suma no es la más alta que un penalista puede recibir por su labor, pero corrobora que esta es una de las ramas del derecho que entrega los mejores dividendos. 

La rentabilidad de la abogacía en el país no está en duda, empezando porque actualmente la cantidad de tarjetas profesionales en el mercado superan las  220.000 y cada vez más universidades tienen facultades de jurisprudencia. “Al ser Colombia una sociedad sobrejudicializada y sobreconflictuada, donde todo el mundo demanda a todo el mundo, es increíble, pero los bufetes no concentran todo el oficio y la oferta es variada”, dice el penalista de la Universidad del Rosario, Francisco Bernate Ochoa. 

El sector penal, sin embargo, no es el único en generar excelentes ganancias. Según socios de varias firmas, quienes pidieron no ser mencionados, también lo son las áreas de asesorías y consultorías a las grandes empresas, locales e internacionales, especialmente en contratos, licitaciones, fusiones y adquisiciones. 

Marcas e internacionalistas
Para dimensionar a cuánto ascienden los servicios legales, hay que balancear varios aspectos. Los principales, quién es el cliente y en qué consiste el caso. Para citar un caso corporativo, la llegada la semana pasada de Avianca Holding a la Bolsa de Valores de Nueva York representó “fácilmente US$200.000”, aseguró uno de los especialistas. 

La aerolínea eligió en este caso al despacho Gómez-Pinzón Zuleta para que la acompañara en el proceso de registro de su programa de American Depositary Shares (ADSs) en el mundo bursátil.

Igualmente intervinieron como asesores en leyes de Nueva York Simpson Thacher Bartlett e Icaza, González, Ruiz & Alemán, de Panamá. Y los abogados de los agentes colocadores fueron Brigard & Urrutia, White & Case y Arias Fábrega y Fábrega. 

En lo penal, uno de los más sonados procesos de los últimos años es la investigación que se adelanta por el descalabro de la comisionista Interbolsa, en el que justamente se han visto a varios ‘pesos pesados’ de la defensa: Jaime Lombana, Jaime Granados, el exfiscal general de la Nación Mario Iguarán, Iván Cancino González, Francisco José Sintura y Augusto Ibáñez.

 En cálculo de uno de los socios contactados, “solamente” la asistencia a los indiciados de Interbolsa en la audiencia de imputación de cargos costó, “por lo menos, $300 millones”. 

Una suma que, según lo expresado por un penalista, significa apenas la cuota inicial porque el monto va aumentando con cada etapa. “Los procesos penales importantes y de trascendencia oscilan entre los $800 millones y $2.000 millones. Por lo general se paga primero el 50% a la firma y el saldo en cuatro o cinco cuotas, aunque también tiene que ver la metodología de cada una”. 

Los asuntos marcarios y de competencia en el mercado no se quedan atrás, en cuanto a beneficios económicos. En las firmas, por lo general, los profesionales asociados tienen un sueldo fijo de entre $12 millones y $13 millones, pero son los socios principales quienes reciben las utilidades de las representaciones. 

Las tarifas, al igual que en lo penal y corporativo, se fijan de acuerdo a cada bufete y por etapas. “Por presentación de solicitud de marca, se cobra $1.500.000, incluyendo las tasa a pagar a la Superintendencia de Industria y Comercio, SIC, y honorarios más el IVA. En total, un trámite marcario, si se surten todas las etapas, esto es presentación, respuestas a oposiciones y recurso, oscila entre $3.500.000 a $4.500.000 en el tiempo”, detalló una especialista en estos temas.

En trámites por competencia desleal, agregó la experta, el precio menor supera los US$5.000. No obstante, los costos suben de manera equivalente a las instancias a las cuales acudir. 

“Por presentar nulidades ante el Consejo de Estado contra resoluciones que profieren entidades públicas, se han visto casos en los que se cobran hasta US$30.000, cantidad que se divide durante todo el proceso, que puede durar cuatro años: presentación, contestación y alegatos”, añadió la abogada. 

Un asunto para la academia
A pesar de su importancia en la vida de un abogado, las tarifas y la realidad económica de la profesión es un tema del que pocos docentes universitarios hablan en las aulas de clase.

Para el director del  programa de derecho de la Universidad de la Sabana, Juan Fernando Córdoba, lo anterior “es curioso” y lo atribuye al enfoque práctico y teórico que impera en los programas de estudio. “En relación con clientes, la práctica misma de la labor y las tarifas, se dedica muy poco tiempo. Hay profesores que lo mencionan en algunas asignaturas, sobre todo electivas, pero también puede que haya un poco de recelo a que se sepa cuánto se gana, de parte de quienes combinan el ejercicio con la docencia”. 

Bernate profundiza un poco más y menciona que, aunque todavía no ha representado un riesgo para la abogacía, la proliferación de facultades de derecho ha sido “perversa” para la profesión y tanta competencia sí ha incidido en los niveles salariales. “Montarlas es muy barato, con facilidades de pago, y no todas surgen con rigor académico”. 

Las opiniones

Juan F. Córdoba
Director del Programa de Derecho de la UniSabana

“Eso depende mucho de cómo un abogado se especialice en un tema, porque lo van a buscar más clientes y podrá cobrar más. Quienes han sido conscientes de  conocer ámbitos distintos al derecho nacional y el litigio, son los que han aumentado la posibilidad de ingresos y reconocimiento”.

Eduardo Vásquez 
Especialista en estrategia

“Las áreas mejor pagadas son los contratos de asesoría y consultoría a empresas multinacionales en contratos, licitaciones, fusiones y liquidaciones. Las demandas administrativas en conflictos con el Estado y sus proveedores, así como por restablecimiento de derechos e indemnizaciones”. 

Francisco Bernate Ochoa
Docente universitario de derecho penal

“Hay profesionales que se ofrecen por cualquier cosa y tanta cantidad ha desmejorado mucho. Son excepciones las grandes firmas, pero la regla general es que esta profesión es remunerada como cualquier otra, incluso a veces por debajo de lo que correspondería”.

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