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  • Pablo Morales Mosquera

lunes, 16 de agosto de 2021

El diálogo entre Uribe Vélez y De Roux se dio fuera de las instancias de la Comisión de la Verdad, pues el exmandatario no cree en la entidad

El padre Francisco De Roux, presidente de la Comisión de la Verdad, se reunió con el expresidente Álvaro Uribe para hablar sobre su política de seguridad democrática. En el debate se trataron temas relacionados con el conflicto y los mandatos del líder del Centro Democrático.

Este diálogo se dio fuera de las instancias de la Comisión de la Verdad, pues el exmandatario no cree en la entidad. No obstante, sí fue visto por muchos sectores como un gesto de Uribe para hablar de lo ocurrido en su Gobierno.

El político aclaró que la política de seguridad democrática privilegió la desmovilización sobre las bajas en combate, y expresó que para él era muy difícil creer que había falsos positivos. Recordó además que en 2008, cuando 27 altos militares estuvieron involucrados, su gobierno procedió de inmediato.

El exmandatario arrancó la reunión aclarando que le queda "muy difícil" creer en las "instituciones derivadas del acuerdo"; explicó que el plebiscito fue "violatorio del estado social de derecho" porque luego de la victoria del 'no', según él, los colombianos no fueron consultados nuevamente sino "que todo se arregló con una proposición en el Congreso".

Ante esto, el padre De Roux, aclaró que la presencia suya se da con el propósito de buscar la verdad y de que la Comisión de la Verdad no se guía por "principios de autoridad", pues lo que diga "el expresidente Santos es tan válido como lo que diga el expresidente Uribe", explicó.

Otro de los temas espinosos a los que se refirió el expresidente fue el de las Convivir. "No participé ni en el decreto ni en la ley que creó las Convivir", agregó.

El ex jefe de Estado destacó además que durante su Gobierno se sometió a los paramilitares y se redujo a la guerrilla. Mencionó que a lo largo de su mandato se desmovilizaron 35.000 paramilitares y 18.000 guerrilleros con una reincidencia que él calcula de 3.500 personas. Así mismo, señaló que el Gobierno que lo sucedió no aplicó autoridad para evitar que crecieran estas disidencias.

"Yo creo que la impunidad absoluta a los crímenes atroces es muy mal ejemplo. Cuando yo llegué a la presidencia en este país se robaban 7.270 barriles de petróleo por día para financiar grupos criminales. Creo también en la seguridad, acompañada de la empresa privada y las políticas sociales, como elemento importante de reconciliación"; concluyó.

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