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sábado, 3 de septiembre de 2022

En el panel denominado ‘El futuro de Colombia en el arbitraje’ se plantearon las líneas para distar el arbitraje nacional del internacional

Entre varios conceptos filosóficos, la discusión del futuro del arbitraje en el país se ve enmarcada en la diferencia de esta práctica de resolución de conflictos, tanto en el ámbito nacional como internacional. Dualismo y monismo; estas fueron las corrientes que dieron el punto de partida para la discusión llevada a cabo durante el séptimo Congreso Internacional de Derecho Empresarial, Contable y para los Negocios, organizado por la Cámara de Comercio de Cartagena.

El panel denominado ‘El futuro de Colombia en el arbitraje’, que contó con la participación de los árbitros nacionales e internacionales, Eduardo Zuleta Jaramillo y Hernando Herrera, así como la exdirectora del Centro de Arbitraje y Conciliación de la Cámara de Comercio de Bogotá, Adriana Polanía, estableció las diferencias y similitudes que esta práctica presenta en varios países.

“Lo que es nacional o internacional no es el arbitraje, es la relación jurídica subyacente. Esto se basa en dos conceptos filosóficos: dualismo y el monismo, los cuales, en el marco del arbitraje, no son buenos ni malos per sé. En Latinoamérica existen cuatro modelos diferentes respecto a la escuela de arbitraje y, casi todos, responden a unas reglas iguales aplicadas a lo nacional y lo internacional, ¿por qué Colombia no puede hacer eso?”, cuestionó Zuleta.

LOS CONTRASTES

  • Hernando HerreraArbitro nacional e internacional

    “Desde 2012, lo que buscamos es mantener un solo esquema normativo respecto a las prácticas arbitrales. No tener uno nacional y otro internacional, pues esta práctica es de las partes y para las partes”.

  • Juan Pablo VélezPresidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de Cartagena

    “Tenemos varias jornadas de arbitraje y conciliación desde la Cámara de Comercio, esto con el fin de resolver problemas de forma armónica, para ello damos una guía a través de estos espacios”.

Según el abogado, cada vez es más difícil que un árbitro colombiano, con experiencia en el arbitraje nacional, entre al mundo internacional. “Colombia tiene que recomponer el camino para llegar a eso, hablando a futuro. Nuestra ilusión fue hace unos años, cuando el país se acercó al arbitraje internacional mediante las prácticas nacionales. Hoy estamos yendo en un camino contrario a la tendencia general de Latinoamérica”, añadió.

De igual manera, explicó que en el país se está buscando, cada vez más, que el arbitraje se convierta en un proceso judicial, un aspecto que podría generar un “atraso” en relación a otros países.

“Les estamos quitando la oportunidad a los jóvenes que podrían mediar en el arbitraje internacional, al entrenarlos sistemáticamente en un sistema que no tiene nada que ver con el arbitraje internacional”, dijo, y, añadió, además, que “el arbitraje nacional ha comenzado a contaminar el arbitraje internacional, a través de, por ejemplo, acciones de tutela”.

Por su parte, Herrera, experto en arbitraje nacional, indicó que estos cambios se deben a las transformaciones normativas que se dieron desde el legislativo, pues se establecieron reglas diferentes para el arbitraje comercial internacional y otras para el arbitraje doméstico.

“Desde 2012, lo que buscamos los árbitros es mantener un solo esquema normativo respecto a las prácticas arbitrales. No tener uno nacional y otro internacional. Colombia es de los pocos países del mundo que ha constitucionalizado el arbitraje, lo cual hace más lentos los procesos, pues esta práctica es de las partes y para las partes para resolver conflictos”, sostuvo.

Entretanto, Polanía destacó que el futuro del arbitraje depende de la evolución que esta práctica pueda tener “desde adentro, desde lo nacional”, para así tener unas bases sólidas en lo internacional.

*Enviado Especial
INVITADO POR LA Cámara de Comercio de Cartagena

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