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lunes, 8 de agosto de 2022

Figura de posición de garante aplicará en caso de ataques de caninos, pues el propietario habría descuidado una fuente de riesgo

El mejor amigo del hombre. Así se ha catalogado a los perros durante varios años, ya que acompañan a los seres humanos en todo momento. Pero, ¿qué pasa si su perro muerde a otra persona, causándole heridas leves o graves? Los dueños de los peludos, ocasionalmente, no conocen las obligaciones legales que deben cumplir en estos casos.

En Colombia, a diferencia de otros países, la legislación frente a este tema ha tomado como margen las razas de caninos que han sido reiterativas en ataques a personas del común, que han generado heridas, e incluso la muerte.

En este sentido, en el Código de Policía, que fue reformado en 2016, se estableció cuáles son dichas razas, consideradas como “peligrosas”, y se obligó a sus dueños a que, en espacios públicos, sus caninos tengan que portar correa y bozal. Según con la normativa, las razas dentro de este grupo son: Dogo Argentino; Dóberman; Bullmastiff; Dogo de Burdeos; Fila Brasilero; Pitbull Terrier; Bull Terrier; American Pitbull Terrier; y Rottweiler.

Los propietarios de mascotas de las razas mencionadas podrían exponerse a sanciones civiles o penales (dependiendo la gravedad del caso) si sus perros llegasen a morder a otra persona.

Juan José Castro, socio de Castro Muñoz & Abogados, señaló que, sumado a las razas calificadas como de alto riesgo, se debe tener en cuenta si el canino tiene antecedentes de agresividad. En caso que exista un historial, por mandato legal, el perro deberá tener bozal.“Desde lo civil, el dueño siempre será responsable de lo que pueda suceder con su mascota. La persona afectada podrá solicitar una indemnización por los daños causados”, dijo.

En un escenario más severo, según explicó el abogado, cuando el perro ataque a una persona y le cause heridas leves o graves entra a regir la figura de posición de garante. Y en un panorama aún más estricto, esta figura aplica también si el ataque del canino causa la muerte, endureciendo aún más las sanciones penales.

“Bajo esta figura se le puede imputar a una persona unos resultados por estar en una posición de asumir, de manera voluntaria, la vigilancia de una fuente de riesgo, como puede ser un perro”, precisó Castro.

Cuando una persona es garante, añadió, y sucede una situación como esta, se habilita un recurso denominado comisión por omisión, que se traduce en la desobediencia del cuidado de esa fuente de riesgo. “Si en el peor de los casos hay una muerte, el dueño es quien deberá asumir por descuidar sus obligaciones sobre la mascota”, agregó.

Por eso, está en manos de los dueños garantizar que sus perros cuenten con los elementos exigidos para evitar dolores de cabeza, o peor, mordeduras graves.

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