• Laura Vita Mesa lvita@larepublica.com.co

lunes, 13 de junio de 2022

Solamente uno de cada cuatro embajadores vienen de una carrera diplomática, pues son 16 quienes cumplen este requisito

En todas las campañas electorales, y esta no es la excepción, surge el debate sobre la profesionalización del servicio diplomático colombiano, pues existe la percepción de que embajadas y consulados se usan para pagar favores políticos.

Según la Cancillería, en la actualidad hay 16 funcionarios de carrera diplomática en el cargo de embajador que ejercen la jefatura de Misión diplomática de un total de 61 cargos de embajadores disponibles. En otras palabras, solo uno de cada cuatro embajadores de Colombia es de carrera.

Esto no quiere decir que el resto sean cuotas burocráticas pues, como explicó la excanciller María Emma Mejía, los funcionarios de carrera no son suficientes para llenar las casi 400 plazas que hay en el exterior.
“La carrera debe fortalecerse y es necesario que crezca, porque hoy los diplomáticos no alcanzan; pero no hay que satanizar los nombramientos políticos, que no son lo mismo que las cuotas burocráticas, pues hay embajadas estratégicas en las que se requieren habilidades más allá de la diplomacia”, dijo.

En lo anterior coincide Rodrigo Pardo, también excanciller, que anotó que los criterios para nombrar a un embajador varían según las necesidades de cada país, y algunos, con gran dimensión política, que requieren amplitud en las posibilidades de nombramiento.

“Hoy en día hay más presión para que los embajadores sean menos políticos y lo más profesionales que se pueda. Lo importante, más que si vienen o no de la carrera diplomática, es que sean aptos y estén calificados para el cargo”, dijo, aunque reconoció que hacen falta normas más estrictas para regular los nombramientos de quienes no se formaron en la diplomacia.

Como mencionaron los excancilleres, hay embajadas de peso que tradicionalmente han sido ocupadas con criterios políticos, Washington, Madrid, París (especialmente desde Colombia entró a la Ocde), Londres o Berlín, y este gobierno no es la excepción.

Por ejemplo, en Alemania está Felipe Buitrago, que en esta administración se desempeño como viceministro de Economía Naranja y ministro de Cultura. En España está el exministro de Comercio Luis Guillermo; el embajador en Francia es el periodista y también exministro Mauricio Vargas Linares; mientras en el Reino Unido está Álvaro Gómez Jaramillo.

En cambio, el embajador en Washington es Juan Carlos Pinzón, quien ya había estado en el cargo en el gobierno anterior, en el que sirvió también como ministro de Defensa. “Ese es un buen ejemplo de un embajador que no es de carrera pero tiene mucho que ofrecer en el puesto por sus capacidades y conexiones”, dijo Pardo.

Además de Buitrago, otros exministros de este gobierno también ejercen como embajadores, como Guillermo Botero, en Chile; Cármen Vásquez, en Uruguay; o Alicia Arango, ante la ONU en la sede de Ginebra.
Igualmente, figuran en el listado nombres relacionados a partidos afines al gobierno, como el exprocurador Alejandro Ordóñez, embajador ante la OEA; Ana Milena Muñoz, exesposa del expresidente César Gaviria que actualmente ocupa la embajada en Egipto; o Alfredo Rangel y Jaime Amín, ambos del Centro Democrático, que son embajadores en Nicaragua y Emiratos Árabes Unidos, respectivamente.

“El criterio de nombramiento, más que el partido político, debe ser la idoneidad y capacidad del funcionario. Si es cercano es mucho más fácil, porque estará alineado con las políticas del gobierno, pero lo más importante es no nombrar gente no sea idónea”, anotó el excanciller Fernando Araújo.