El desembarco de los bufetes españoles en Latinoamérica
Tras el anuncio en 2013 de Garrigues de abrir oficinas propias por toda Latinoamérica, los despachos de abogados españoles, pero también los anglosajones, reafirman su interés estratégico en la región con nuevas aperturas y alianzas.
Hace nueve meses cuando Garrigues, el mayor despacho de abogados de España y de Europa continental por facturación y número de abogados, anunciaba su intención de abrir oficinas en América Latina para ejercer derecho local tras la ruptura de su alianza Affinitas, el sector legal español miró con atención el movimiento.
La decisión de Garrigues de abrir sedes propias en toda la región empezando por Colombia, México y Perú (proceso que se prevé culminar en 2014) que se unirá a la oficina que el bufete ya tenía en Brasil, ha hecho que las demás firmas se pongan en guardia y revisen sus estrategias. Incluso algunos bufetes se han interesado por el hueco que ha dejado Garrigues en la alianza Affinitas.
Latinoamérica se ha convertido en el nuevo campo de batalla de los bufetes españoles. Las dificultades del mercado nacional, la larga duración de la crisis en España y el flujo de empresas de nuestro país que han puesto rumbo al otro lado del Atlántico, han terminado de convencer a las firmas jurídicas de la necesidad de estar presentes en el continente americano.
El socio de Garrigues, Javier Ybáñez, que pilota el desembarco de la firma en América Latina, asegura que “la región está experimentando unos crecimientos muy grandes porque están yendo muchas empresas de tamaño medio”. Garrigues irá abriendo oficinas propias o integrando en su organización a bufetes locales de otros países, que no se limitarán únicamente a los cinco de donde procedían los despachos miembros de la alianza Affinitas. Se barajan países como Chile o Argentina y también se apostará por Centroamérica, por ejemplo Panamá o Costa Rica.
Varios despachos españoles llevan tiempo trabajando en varios países de Latinoamérica, como Uría Menéndez, que está presente hace 17 años con oficinas asociadas con bufetes locales. Su socio Eduardo Rodríguez-Rovira cree que su modelo “funciona muy bien porque hemos elegido a las mejores firmas de cada país -premiadas por Chambers en 2013- para elaborar lo que en la práctica es una alianza, pero sin nombre, y tener oficinas propias dentro de despachos locales líderes”. Algo similar le sucede a RHGR, que con su marca Ontier tiene presencia en varios países de la región como México, Paraguay, Brasil o Bolivia mediante acuerdos locales con bufetes de los que toma una participación minoritaria. En 2013 abrió en Miami y ha anunciado que sus próximos destinos serán Perú y Chile.
Otros firmas, como Cuatrecasas, Gonçalves Pereira se han centrado hasta ahora en Brasil. Fuentes del sector legal aseguran a este diario que esta última firma “estuvo barajando en 2012 abrir oficinas en algunos países de la región como Colombia, pero el proyecto se aparcó”. Su consejero delegado, Rafael Fontana, explica que la expansión a regiones clave como Latinoamérica “no se realizará a través de la apertura de oficinas, sino con alianzas y socios locales”. Por su parte, Broseta Abogados, un despacho mediano procedente de Valencia, pero cada vez más asentado en Madrid, ha avanzado en su estrategia de internacionalización encabezando una alianza de firmas legales en América Latina, empezando por Colombia y México, y que en breve cerrará acuerdos también en Ecuador, Perú y Chile. Para Julio Veloso, socio que lidera el proyecto, “esta región es el nuevo foco de los despachos españoles, por la salida masiva de empresas de nuestro país, tanto grandes como pymes, en muchos sectores”.
Ybañez, de Garrigues, está personalmente convencido de que “las firmas españolas grandes acabarán yendo a Latinoamérica. A los internacionales les puede costar algo más, según en qué países”. Pero no sólo los grandes y medianos se interesan por la región. En 2013 y 2014 los despachos Gaona Abogados, natural de Málaga, y Bufete Marín, de Madrid, abrieron sendas oficinas propias en Perú. Además, la firma Chávarri & Muñoz está creando su propia red de alianzas con varios despachos de Chile, Colombia, México y Perú y ha fichado como asesores a los expresidentes Andrés Pastrana y Ricardo Lagos.
Pero, ¿tienen los despachos españoles una ventaja frente a los angloamericanos para entrar en la región? José Luis Pérez, socio de la consultora Pérez+Partners, cree que “Latinoamérica es el mercado natural para la globalización de las firmas de España, pero la ventaja cultural es pequeña, ya que el derecho de los negocios en estas jurisdicciones tiene influencia anglosajona”.
Para el expresidente de la International Bar Association (IBA) y consultor para Latinoamérica de Kerma Partners, Fernando Peláez Pier, “la ventaja del idioma y de la cultura es relativa, porque cuando los anglosajones llegan a nuevos países incorporan a abogados locales que conocen el mercado”. De lo que no hay duda, añade Peláez Pier, es que “América Latina es la nueva área de oportunidades junto a Asia”.
Las firmas anglosajonas también están activas en Latinoamérica, sobre todo las de Estados Unidos, como Baker & Mckenzie.
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