• Bloomberg

jueves, 20 de julio de 2017

El presidente Donald Trump desaprobó la gestión del fiscal general, Jeff Sessions, luego de que este decidiera que se iba a alejar de las investigaciones sobre la intromisión rusa en las elecciones presidenciales del año pasado.

El fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, dijo que no tiene intención de renunciar, a pesar de que el presidente Donald Trump lo vituperó por su decisión de desligarse de la investigación sobre la intromisión rusa en las elecciones de 2016.

"Nosotros en este Departamento de Justicia continuaremos cada día trabajando duro para servir el interés del país, y nos unimos enteramente a las prioridades del presidente Trump", dijo Sessions en una conferencia de prensa el jueves. "Amamos este trabajo. Amamos este departamento, y planeo seguir haciéndolo".

Horas después, la vocera de la Casa Blanca Sarah Sanders dijo a reporteros que Trump estaba "desilusionado de la decisión del fiscal general de deslindarse de la investigación, pero claramente confía en él o, de lo contrario, no sería el fiscal general".

Sessions, de 70 años, provocó la ira del presidente después de se alejó de la investigación en marzo. Desde entonces, la pesquisa se ha extendido y dominado gran parte de la presidencia de Trump, involucrando a los principales funcionarios de la Casa Blanca y miembros de la familia del presidente.

"Sessions nunca debió haberse retirado, y si lo iba a hacer, me lo debió haber dicho antes de aceptar el trabajo y yo hubiera elegido a otra persona", dijo Trump al diario New York Times el miércoles. "Es extremadamente injusto, y esa es una palabra leve para el presidente".

Se trata de una ruptura pública radical entre Trump y uno de los primeros y principales partidarios de su campaña, un miembro del establishment político republicano que lo ayudó en su improbable travesía desde estrella de un reality show de televisión a candidato del Partido Republicano para presidente.

Las tensiones entre la Casa Blanca y el Departamento de Justicia no son para nada inusuales, pero la decisión de Trump de exponer sus quejas de manera tan abierta dista mucho de presidentes anteriores, dijo el funcionario, que pidió no ser identificado discutiendo la respuesta de Sessions a los comentarios del presidente.

Preguntado el jueves si seguiría en su puesto incluso si no tuviese la confianza del presidente, Sessions dijo: "Estamos sirviendo ahora".

Trump citó el asesoramiento de Sessions y el subfiscal general, Rod Rosenstein, cuando despidió al director del FBI James Comey en mayo. Rosenstein luego nombró a Robert Mueller, predecesor de Comey en el FBI, como fiscal especial para dirigir la investigación sobre la intromisión electoral de Rusia y determinar si la campaña de Trump cooperó con el Kremlin.

Trump advirtió a Mueller que no examine muy de cerca las finanzas de su familia. Pero el fiscal especial está examinando una amplia gama de transacciones que involucran los negocios de Trump y de sus socios, según una persona al tanto de la investigación.

’Malas respuestas’

Trump también criticó a Sessions por su falta de claridad durante sus audiencias de confirmación, cuando dijo que no se comunicó con los rusos durante la campaña, a pesar de las reuniones que tuvo con el embajador de Rusia, Sergey Kislyak, al menos dos veces en 2016.

Los demócratas pidieron la renuncia de Sessions después de que salieran a la luz las reuniones y Sessions anunció que se retiraría de cualquier investigación relacionada con la campaña.

"Jeff Sessions dio algunas malas respuestas", dijo Trump al Times. "Sí, dio algunas respuestas que eran preguntas sencillas y deberían haber sido respuestas simples, pero no lo fueron".

Sessions, un republicano de Alabama, se convirtió en procurador general después de servir en el Senado de EE.UU. durante 20 años. En febrero de 2016, en medio de una acalorada elección republicana, se convirtió en el primer senador en respaldar formalmente a Trump.