"Esta Contraloría General de la República debe ser un bastión de la institucionalidad"

Anoche, en el Congreso, el abogado valluno Carlos Hernán Rodríguez Becerra, con 265 votos, fue elegido para ocupar el cargo de Contralor General de la República, al que volverá para completar lo que resta del período 2022-2026.

Al aceptar su elección requirió el acompañamiento del Congreso, del Gobierno nacional, los gobiernos territoriales y la ciudadanía, en el ejercicio de la labor que asume. “Esta Contraloría debe ser un bastión de la institucionalidad”, subrayó.

Insistió, además, en que ejercerá su cargo con total independencia y dijo que es necesario trabajar incansablemente para luchar contra todas las formas de corrupción, sin sesgos políticos.

Rodríguez Becerra consideró necesario analizar las causas nominales de la caída del recaudo tributario. Dijo que espera que las medidas de reducción del gasto público tomadas por este motivo sean de corto duración y recomendó estudiar otras acciones como la revisión del manejo de la deuda.

El nuevo Contralor General dio un mensaje de esperanza y determinación al país y dijo también que se requiere un manejo responsable de las finanzas públicas.

El contralor electo planteó, además, que “debe existir un decidido y claro compromiso de la lucha contra la corrupción contra el derroche y el mal uso de los recursos públicos para cumplir con este cometido. Continuaré liderando una labor incansable de auditoría y control fiscal con independencia”.

Rodríguez aseveró que “es necesario evaluar las causas de la caída nominal del recaudo tributario y determinar si se debe a dificultades en la gestión”. Consideró que el Ministerio de Hacienda debería contemplar otras opciones que permitan lograr un ajuste fiscal con mayor grado de sostenibilidad y menor impacto en la economía, como la revisión del manejo de la deuda.

Recordó que la regla fiscal en su diseño actual contempla la posibilidad de un mayor déficit fiscal y un aumento de la deuda “siempre y cuando no se afecte el gasto público, recortar el gasto público especialmente en áreas como la inversión puede generar un impacto negativo en el crecimiento económico, lo que a su vez se traduce lógicamente en una menor recaudación de impuestos, un aumento del déficit fiscal y un mayor endeudamiento alejándose entonces del objetivo establecido en la regla fiscal”.