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  • María Carolina Ramírez Bonilla

lunes, 9 de abril de 2018

José Miguel de la Calle explicó en qué consiste el nuevo programa de Cumplimento del Derecho de la Competencia que ofrecerá la firma.

Las noticias del cartel del papel higiénico, de los pañales, de los cuadernos, del arroz y recientemente del cemento evidencian que los empresarios colombianos y algunas multinacionales no tienen prácticas responsables con el cumplimento del derecho a la competencia, razón por la cual, más allá de tener un manual de buen comportamiento es necesario que las empresas se preparen y evalúen cómo están operando.

Uno de los bufetes más importantes en Europa y Latinoamérica es Garrigues quienes tienen presencia en Colombia y a partir de esta semana estarán ofreciendo un nuevo servicio a sus clientes y empresarios. Se trata del programa de Cumplimiento en materia de Derecho de la Competencia con el que pretenden crear una conciencia de la prevención del riesgo en actividades que pueden llevarlos a violar dicho derecho comercial.

AL habló con José Miguel de la Calle, socio de la firma en el país, quien explicó ese ADN empresarial local y cuáles son los planes del bufete, además de los resultados que esperan obtener con este nuevo servicio que ya es un éxito en España.

¿En qué consiste el Programa de Cumplimiento de Derecho a la Competencia?
Este programa viene desde la casa matriz en España con una gran experiencia. Lo que se busca con un programa de competencia es que haya buenas prácticas de las empresas para que no haya problemas de competencia. Es llevar al mercado un servicio que prácticamente no existe, ayudar a las empresas a conocerse a sí mismas a entender cuáles son los riesgos que enfrentan de posibles sanciones e investigaciones de competencia, y a manejar esos riesgos para mitigarlos y poner la compañía a tono respecto a estos riesgos.

¿Cómo funciona, todos los clientes de Garrigues lo tendrán?
Los programas son a la medida de cada empresa, si bien hay una línea base sobre las prácticas de competencia que se puede aplicar a todas las empresas, definitivamente un programa de competencia es bastante ineficiente si se queda en eso básico. Nosotros no podemos decir que automáticamente todos los clientes de Garrigues tendrán un programa de competencia, pero sí serán los primeros en ser invitados a tenerlo.

¿Qué tan motivados ven a los empresarios colombianos para tener este tipo de programas?
La curva de aprendizaje nos ha mostrado que poco a poco ha venido creciendo el interés por este tipo de programas. Es mucho más rentable social y económicamente prevenir que empezar a tratar de corregir un riesgo que ya está realizado. Además, hablando con mucha franqueza este es un segmento del derecho donde las multas son altísimas y si el problema ya está avanzado por más que haya hecho prevención no se salva de una investigación y una multa.

La sola investigación dadas las características de la SIC y su relevancia nacional y connotación mediática y todas las cuestiones al entorno de esto hace que el riesgo no esté solo asociado a las sanciones sino a la simple investigación que puede generar problemas reputacionales a las empresas, por eso parte de la sensibilización es reflexionar sobre por qué es mucho mejor prevenir.

¿Qué es lo que ofrecen?
Lo primero es llegar a las empresas, entender su negocio, sentarnos con las empresas y mirar qué tan expuestos están a la competencia. Entender los puntos de contacto con los clientes y con los competidores. Esto es un proceso como de confesión del empresario, de sacar sus secretos y ser muy realistas de su funcionamiento. Con estas conversaciones detectamos la voluntad manifiesta y proactiva de cumplir la ley, porque en general los empresarios parten de la base de cumplir la ley, pero hay actitudes distintas al cumplirla.

¿Cuál es el diagnóstico del empresariado colombiano sobre sus fallas en competencia?
El primer gran reto es que los empresarios colombianos operan mucho por la intuición, entonces hay que sacar al empresario de la zona de confort que genera obrar por intuición respecto al cumplimiento de la norma de la competencia y pasarlos a un modelo planeador y preventivo. En adición a ello está la cultura de prevención que no es natural y ese es un segundo reto para implementar estos programas. En el ADN colombiano no encontramos esa cultura de buenas prácticas.

¿Usted cree que empresas tan grandes como Familia, Kimberly, Cemex, Argos, no contaban con un programa de cumplimiento del derecho a la competencia, o pasaron por alto estas normas?
No solo en Colombia, sino en el mundo entero la realidad es que las prácticas que afectan la competencia son muy graves, son muchos más los casos de carteles que hay que los que se detectan. Para infortunio de un país, no son pocas las veces en las que los empresarios incurren en prácticas unas más graves que otras, pero es cierto que aunque las empresas tienen la decisión de cumplir la ley de forma clara y tienen la vocación de hacer las cosas correctamente, no están siendo eficaces en buscar bajar esos riesgos que puede ser el caso de estas empresas.

¿Qué prácticas se siguen cometiendo de forma común?
El derecho a la libre competencia es contraintuitivo en muchas ocasiones. ¿Eso qué quiere decir? Que muchas veces los empresarios no creen que están haciendo algo incorrecto cuando se reúnen en un club, o se mandan un papel de una empresa a la otra, o simplemente observan un mercado y se comportan de forma paralela y están de buena fe creyendo que están haciendo las cosas bien. ¿Qué falta ahí? Falta más sensibilización y más conciencia de cumplir las cosas, no hay nada más perjudicial que creer que tener un manual de cumplimiento es cumplir con la ley, el manual termina en un cajón y pasa al olvido.

Las empresas deberían tener claro cuántas veces entran en reuniones con sus competidores para qué lo hacen, cuál es el propósito, si sus competidores tienen planes de cumplimiento o no, para qué me siento en un gremio, preguntas que por ejemplo en nuestro manual están: ¿Si los directivos de una empresa pueden reunirse informalmente con los directivos de otras empresas?, ¿Si en una reunión entre empleados de varias empresas competidoras pueden discutirse estrategias comerciales?, ¿Si está prohibido o no un pacto de exclusividad?, ¿Si se puede decirle o no a un competidor que se tome un área geográfica y yo tome otra? Muchas veces ocurre por falta de conocimiento que un empresario me dice, eso yo no sabía que estaba prohibido.

LOS CONTRASTES

  • Javier YbáñezSocio responsable Latam Garrigues

    “El lanzamiento del programa de cumplimiento de normas de competencia, ha sido todo un éxito y estamos seguros de que vamos a poder generar una tendencia de prevención de riesgos en esta materia”.

¿Qué expectativas tienen en número de clientes?
Esperamos que en este año, que inauguramos, deberíamos tener entre 10 y 15 programas de nivel mediano o detallado desarrollándose.

¿Cuáles son las metas de Garrigues para este año?
Garrigues continuará siendo una firma directamente de Garrigues en Colombia, no somos una sucursal o franquicia, sino que somos una firma independiente en Colombia. Queremos seguir creciendo por todos los departamentos que tenemos como laboral, tributario y otros.

¿Cuáles son las áreas de negocio que ven con mejor potencial?
Está Fintech que tiene una apuesta muy grande, por el tema del derecho conectado con la informática. Vemos mucho dinamismo en general en el derecho financiero. En inmobiliario estamos creciendo muy bien y vemos la economía inclusive mejor este año que el año anterior.

¿Cuál ha sido ese primer acercamiento de Fintech con los abogados?Muchísimo, esa práctica que la dirige Roberto Borrás, la impresión que yo tengo es que como es un sector altamente regulado hay un buen hábito de los emprendedores de ese sector de venir a donde los abogados primero que todo, entonces es una práctica muy interesante con muchas consultas para empezar con lo jurídico desde el principio.

¿Cuáles son las ciudades en las que ven un crecimiento empresarial y a las que les gustaría llevar su servicio?
Tenemos oficinas físicas solo en Bogotá, pero cobertura de todo el país. Vemos mucho dinamismo en Barranquilla, también hay una dinámica importante que se mantiene en Medellín, Cali y Cartagena y ahora Bucaramanga.

¿Cree que ya se acabaron las movidas del sector?
Yo creo que todavía falta. El sector venía dormido hace muchos años, digamos que es tal vez el sector de mayor transformación en los últimos 10 años. Hace una década era un modelo de pequeñas boutiques con ningún estándar de prestación de servicios, cada quien hacía las cosas intuitivamente. Hoy hemos incorporado a las firmas en prácticas internacionales habituales y se empiezan a generar muchos estándares. Me atrevo a decir que el proceso de desarrollo del sector está en la mitad y seguirán viendo muchas más dinámicas.

¿Al ser una multinacional, qué beneficio o sinergias encuentran de la Alianza del Pacífico?
El tema de las multilatinas es absolutamente estratégico, la presencia regional de Garrigues es un valor agregado enorme para las empresas que tienen una visión región. Para esas empresas que ven a Latinoamérica con un enfoque regional y para nosotros es un tema fundamental está en el top de la agenda como firma y para bajar eso un poco de la teoría a la práctica tenemos reuniones con nuestras oficinas pares en esos países para entender los mercados y generar estrategias de aproximación regional.

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