
jueves, 20 de febrero de 2014
El pasado miércoles se desató una nueva polémica al rededor del alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, en la cual la Veeduría Distrital determinó que hubo irregularidades en el contrato que se realizó para la máquina tapahuecos, “que debió hacerse por licitación pública y no de manera directa”.
Así lo explicó la veedora Distrital, Adriana Córdoba, quien dijo que este contrato “no es de transferencia de ciencia y tecnología, tal como lo afirman ambas partes y como quedó firmado en el contrato, sino es un contrato de obra”.
En el informe de la Veeduría se reveló que “para que sea un contrato de ciencia, tecnología e innovación debe haber transferencia de tecnología al Distrito, y la empresa Green Patcher sólo está facilitando labores de reparcheo con una tecnología de inyección a presión neumática”.
Además, “la empresa Green Patcher Colombia SAS tenía un capital de trabajo de $5 millones, sin embargo le fue asignado un contrato de cerca de $12.000 millones”, motivo por el cual la empresa no cuenta con una aseguradora.
La Veeduría encuentra también “preocupante el panorama si se tiene en cuenta los retrasos en las obras físicas de rehabilitación y mantenimiento y el creciente deterioro de la malla vial son de 62% en mal estado, 24% en regular y sólo el 14% en buen estado”.
Finalmente, la Veeduría consideró que el Distrito debe “adelantar acciones tendientes a proteger los intereses de la ciudad por cuanto se estaría celebrando un contrato sin las debidas observancias de la ley”.
Por su parte, el alcalde Gustavo Petro desmintió tales irregularidades y aclaró que “durante un año se hicieron pruebas de la innovación tecnológica para reparcheo en las calles de Bogotá”, que implementa la máquina tapahuecos, y con lo cual “se demuestra que un vehículo puede tapar 150 huecos al día, con la tercera parte del valor del método tradicional”.
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