La discapacidad, más allá de Teletón
Durante unas semanas, con motivo de este evento, se desata un debate público, donde unos afirman que la Teletón usa la imagen y el nombre de las personas con discapacidad para recaudar dineros públicos, por medio de la lástima, el pesar y las lágrimas, dejando a estas personas con una imagen de incapacidad, invalidez y asistencia dentro del imaginario social, reforzando las prácticas de segregación y exclusión social hacia estas personas, y otros, sostienen que el evento desarrolla un principio de solidaridad social.
Lo cierto es que después de la Teletón, la discapacidad y las personas que las padecen, desaparecen por completo de la escena y el debate público, esto a pesar, que el Art. 13 de la Constitución establece que “El Estado protegerá especialmente a aquellas personas que por su condición económica, física o mental, se encuentren en circunstancia de debilidad manifiesta y sancionará los abusos o maltratos que contra ellas se cometan”.
Como consecuencia de lo anterior, las cifras entorno a las personas con discapacidad, son aterradoras: a 2014, según cifras oficiales, solo el 16,6% de las personas en condición de discapacidad, que se encuentran en edad para trabajar, lo están haciendo; apenas un 54% tiene básica primaria y sólo el 0,1%, termina su educación formal.
Y lo que es aún más grave, porque tiende a perpetuar el problema, la Ley Estatutaria de 2013 relacionada con personas con limitación, al igual que todas sus similares se ha quedado en el papel.
En efecto, a cuatro años de su expedición, no puede decirse que se haya cumplido si quiera lo establecido en el Art. 5º, Numeral 8º de la Ley Estatutaria 1618 de 2013, según el cual “(…) todos los Ministerios, en concordancia con la directriz del Ministerio de Hacienda y Crédito Público y el Departamento Nacional de Planeación, elaborarán un plan interinstitucional en un término no mayor a dos años en el que, se determinen los recursos requeridos para la protección de los derechos de las personas con discapacidad (…)”.
Vista la anterior situación, la Fundación Saldarriaga - Concha, ha establecido en su informe Discapacidad e Inclusión Social (Abril, 2016) que el estado colombiano “está en mora de incorporar tanto la perspectiva de interseccionalidad como la de transversalidad en el abordaje de la discapacidad en sus distintas instancias, en el nivel nacional, regional y local”, cosa que en mi criterio se soluciona fusionando el Instituto de Sordos y Ciegos que actualmente existen sin resultados concretos de gran impacto a la vista, en un solo Instituto Nacional de Discapacidad, cuya misión principal sería incluir desde un punto de vista técnico y científico los componentes asociados con la problemática en todas las políticas públicas, mejorar la información estadística disponible y contestar las acciones legales en contra del estado que se generan alrededor de ella.
Quizás de esa manera se lograría que la problemática de la discapacidad empezara a ir más allá de la Teletón.
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