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  • Germán Corcho Tróchez

sábado, 1 de febrero de 2014

Hay muchos ‘doctores’ entre los 268 congresistas que integran el Senado y la Cámara, pero pocos lo son en realidad. Esa misma tendencia se repite con los economistas: hay 30 formados en esta rama o con estudios afines, a pesar de que esta materia es alma y nervio de los debates, las reformas y las normas de mayor trascendencia.

La importancia de que en el Parlamento predominen economistas o profesionales con dominio en el tema, es el soporte que puede brindarle en mejor medida a las leyes que allí se expiden. Para Giovanny Reyes Ortiz, economista de la Universidad Pittsburgh y docente de la escuela de Administración de la Universidad del Rosario, asegura que “la carrera de economía permite un panorama amplio”.

LR indagó en los perfiles oficiales que tiene cada parlamentario en las páginas de las corporaciones, y encontró que cuatro poseen Ph.D en derechos humanos, ciencias políticas y derecho. Ninguno de los profesionales en economía, sin embargo, posee tal nivel académico.

“La posibilidad de que haya diferentes grados de estudios se debe a que en la Constitución del 91, en los requisitos que se establecen para ser senador o representante, no aparece tener una profesión determinada”, explica Laura Wills Otero, directora del proyecto Congreso Visible de la Universidad de Los Andes.

Entre los dirigentes que culminan el próximo 7 de marzo este periodo legislativo, abundan las profesiones: abogados, ingenieros, trabajadores sociales, administradores de empresas, ingenieros, psicólogos, tecnólogos empresarios, arquitectos, comunicadores sociales, internacionalistas, médicos, licenciados, educadores y contadores.

En menor cantidad se cuenta un literato, un filósofo, un piloto comercial, un sacerdote, un antropólogo y hasta un aprendiz del Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena). Economistas puros, con pregrado en universidad, son 25. Los otros cinco adquirieron en posgrados los conocimientos en el tema. Igualmente, varios poseen dos títulos a la vez. (Ver infografía)

Hay 32 congresitas especialistas, 7 maestros (afines a economía) y cuatro doctores: el politólogo Jorge Eduardo Géchem Turbay, de La U; los abogados conservadores, José Iván Clavijo y Juan Carlos Sánchez Franco, y la jurista por Cambio Radical, Daira de Jesús Galvis Méndez.

“Las condiciones que están establecidas para poder aspirar no son muy exigentes. Eso explica que al Congreso lleguen personas de diversa trayectoria política, profesional, universitaria y técnica; no hay mayores requerimientos”, agrega Wills.

Uno de los pocos aún sin doctorado, pero con gran trayectoria económica, es el senador conservador Juan Mario Laserna Jaramillo. En su perfil publicado en Congreso Visible, el bogotano destaca haber sido viceministro de Hacienda y Crédito Público, especialista en mercados de capital del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y codirector del Banco de la República. Sin duda es uno de los más preparados.

Su recorrido académico igualmente lo respalda: economista de la Universidad de Yale, Master in Business Administration (MBA) con énfasis en Finanzas de la Universidad de Stanford y un posgrado en Economía y Seguridad en la Escuela de Estudios Internacionales (Sais) de la Universidad de Johns Hopkins.

Laserna, no obstante, es un ejemplo de que un currículum vitae nutrido no siempre garantiza figuración y peso en el Congreso. El senador liberal y aspirante a reelegirse, Juan Manuel Galán, lo confirma al responder sobre qué tanto el Congreso tiene en la economía a su asignatura pendiente.

“Creo que hay gente muy buena en ese sentido. El senador Juan Mario Laserna es una persona de una capacidad y experiencia tales, que ha estado desaprovechado. Ese tipo de personas pueden tender puentes con la academia. Su padre fue fundador de la Universidad de Los Andes”, comentó.

La representante a la Cámara y cabeza de lista al Senado por el movimiento Mira, Gloria Stella Díaz, sostiene que en cargos de elección popular es “difícil” determina quiénes y con qué perfil deben alcanzar un escaño.

“La propuesta sería que quienes tengan afinidad con los temas que se tratan en comisiones, pertenezcan a esas”. Con lo anterior, según Díaz, se optimizaría el recurso humano. “Uno encuentra en la Comisión Séptima a economistas con los temas de salud; o viceversa, en la tercera y cuarta, a a médicos tratando temas económicos”.

Falta una oficina de presupuesto
Una de las referencias mundiales en legislación financiera mencionadas por especialistas y parlamentarios consultados, fue la Unidad de Presupuesto del Congreso de Estados Unidos, que en inglés se denomina Congresional Budget Office (CBO).

Galán asegura que en la rama legislativa, ante todo, falta una oficina similar. Y advierte que para ello falta un puente entre las universidades y el Congreso, que apoye a senadores y representantes en sus investigaciones y su proceso de formación.

“Hay un divorcio entre la academia y la política que debería corregirse”, añade.

La importancia de la oficina presupuestal para el parlamento estadounidense se vio reflejada en días pasados. La Cámara de Representantes aprobó la ley de presupuesto 2014, que según medios internacionales acabará con tres años de inestabilidad presupuestaria en ese país, una vez la apruebe el Senado.

El director del programa de Economía de la Universidad de la Sabana, Alberto Naranjo, también destaca la funcionalidad de la oficina presupuesta referida por Galán.

La trascendencia para el poder legislativo colombiano radica en que contaría con un acompañamiento técnico y no dependería del Gobierno de turno, que en palabras del senador liberal “tiene monopolizada” la información que sustentaría los debates de oposición a sus programas.

En Colombia, aplicar un sistema que incluya una Unidad de Presupuesto no ha sido hasta ahora un asunto de debates en el Senado y la Cámara. “Creería que vale la pena crear una oficina interna técnica, al estilo de lo que es el Banco de la República para el país, con economistas de muy alto perfil, pero que no sea independiente del Congreso de la República, sino que lo apoye”, propone el docente Naranjo.

Las ventajas serían hasta para los legisladores y su unidad de trabajo, en las que no es común encontrar asesores economistas. Una figura que tampoco garantiza resultados en propuestas económicas.

“Independiente de los asesores de cada congresista porque esa independencia no ha funcionado, ya que no sabemos de las calidades de los asesores. Con una oficina, en cambio, se asegura la calidad de los reportes y los análisis del Congreso”, sustenta Naranjo.

Muchas decisiones que dependen de Senado y Cámara impactan en la economía nacional, aunque no parezcan. Por eso dependerá de los votantes saber elegir a la clase de profesionales que decidirán hasta 2018.

Antecedentes
Con el apoyo de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó el 15 de enero la ley de presupuesto de Estados Unidos para este año.

La ley fija los gastos corrientes del Gobierno federal en US$1.012 millones para 2014, a lo que añade otros US$92.000 millones para operaciones militares exteriores y US$6.500 millones de créditos excepcionales vinculados a catástrofes nacionales.

Este presupuesto, que el Congreso debe aprobar anualmente, representa una tercera parte de los gastos públicos, aunque no incluye los gastos obligatorios como pensiones, sanidad y ciertas ayudas sociales que deben sumar unos US$2,19 billones, según la estimación del (CBO).

“Hay cinco escenarios que denotan la importancia de economistas en el Congreso: las empresas y su repercusión en la microeconomía, la internacionalización de la economía, que la economía ha desarrollado una rama en función de la política ecológica y ambiental y la economía del desarrollo”, asegura el profesor Giovanny Reyes Ortiz.

Las opiniones

Laura Wills Otero
Directora de Congreso Visible

“Que los congresistas tengan distintos grados de estudios se debe a que dentro de los requisitos que se establecen en la Constitución para aspirar a una curul, no está tener una profesión determinada”

Giovanny Reyes Ortiz
Profesor de la Universidad del Rosario

“Es deseable que un congresista tenga esa formación, porque le ayuda más en situación de leyes. Pero puede haber de otras profesiones, porque son miradas multidisciplinarias”.

Alberto Naranjo
Director del programa de Economía - UniSabana

“Por el hecho de tener nociones económicas, se va a tener mayor capacidad de criterio a la hora de debatir y tomar decisiones. Muchas se vuelven menos políticas y más científicas”.

Carlos Fernando Motoa
Senador de la república por el partido Cambio Radical.

“Este fenómeno se da porque cada comisión se especializa en un tema, lo ideal sería que la comisión económica la integraran congresistas con estudios afines con esta área”.

Juan Manuel Galán
Senador y candidato a reelegirse por el partido Liberal

“Debe haber una diversidad de profesiones en el Congreso. No solo abogados y economistas. Que haya médicos, polítologos, ingenieros. Que haya una representación variada”.

Gloria Stella Diaz
Representante por el Mira - Candidata al Senado

“La propuesta sería que quienes tengan afinidad con los temas que se tratan en comisiones, pertenezcan a esas. De esta forma se optimizaría el recurso humano en el Congreso”.

Antonio Navarro Wolf
Aspirante al Senado de la República por la Alianza Verde

“En econonomía hay tres temas fundamentales: la formulación de una política industrial agropecuaria, aumentar los impuestos de regalías por minería y presupuesto para la educación”.

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