Felipe González Canales y Orlando José Cabrales, expresidentes de Reficar, fueron imputados por parte de la Fiscalía por ser los presuntos responsables de anomalías relacionadas con un contrato celebrado por la Refinería en noviembre de 2009.
Ante el estrado se declararon inocentes por lo que entrarán a juicio en un nuevo episodio de este entramado de corrupción que, según la Fiscalía, dejó un desfalco de 600 mil millones de pesos a las finanzas estatales.
Según trascendió, el contrato está relacionado con el proyecto de modernización de la planta. El cargo por el que tendrán que responder González y Cabrales es celebración de contratos sin el lleno de requisitos legales.
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Este caso se centra en acusaciones de prevaricato por acción, relacionadas con decisiones que tomó Hernández Rueda en 2005 durante un proceso de extinción de dominio
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