
sábado, 22 de agosto de 2015
El fallo deja la puerta abierta a que 2,66 millones de clientes puedan exigir una indemnización, que se cifraría en un máximo para Ryanair de US$948 millones, según estimaciones de Bott & Co, el bufete que ha ganado el juicio. La sentencia, que ratifica otra anterior de 2014, concluye que la compañía irlandesa no puede recortar unilateralmente el tiempo que un pasajero tiene para reclamar por un retraso, aunque el cliente consienta esta condición -entre otras decenas de puntos a los que se tiene que adherir- cuando compra el billete. Las indemnizaciones van desde los 250 euros para vuelos de 1.500 kilómetros, si llegan con tres horas de retraso o más, hasta los 600 euros para recorridos entre dos países de más de 3.500 kilómetros.
Los abogados que han defendido la causa creen que el fallo es un mensaje para el resto de compañías.