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miércoles, 12 de junio de 2019

Hace diez años fui jurado de emprendimiento en una universidad de Bogotá y oí como unos jóvenes querían traer de Miami, gracias a un piloto amigo, unos dispositivos que prometían acabar con los molestos zancudos. El proyecto era impecable, tenía innovación, mercado, y un modelo financiero. Todo parecía perfecto hasta que hice la pregunta impertinente: ¿Eso no es contrabando?

Los emprendedores reescriben a diario los dogmas del mercadeo y mueven las barreras de la tecnología. Nadie pensó ver en Colombia extraños haciendo diligencias a nuestro nombre, transacciones de bajo valor pagadas por celular o inversionistas comprando empresas que aparentemente no venden nada.

El espíritu innovador debe ir impulsado por la creatividad y las ganas para romper todos los moldes, pero acompañado de la experiencia necesaria para saber qué reglas romper. Emprender es una aventura riesgosa, no es responsable sumarle a los riesgos tecnológicos y financieros, que por cierto no son pocos, los riesgos jurídicos. También hay emprendedores, unos pocos, que rompen las leyes de la propiedad intelectual, incumplen las normas laborales, hacen transacciones por debajo de la mesa o se financian en forma incorrecta.

Los emprendedores responsables hacen prototipos cuando quieren romper una regla de mercadeo o hacen pruebas de laboratorio cuando la salud humana o el medio ambiente pueden salir afectados. Entonces, ¿qué hacer cuando se puede incumplir una norma?

En los últimos años y ante el auge acelerado de los negocios de innovación, hemos aprendido que se debe realizar un laboratorio legal, para que, en condiciones controladas, sin correr riesgos, un abogado experto fije con toda claridad los cinco ejes de su campo de juego, estos ejes son necesarios para el éxito de todo negocio y son:

-Leyes rojas: lo que no se hace (y punto).

-Leyes blancas: este es su campo de juego, donde puede operar tranquilamente.

-Leyes grises: donde existen riesgos de interpretación, contradicciones o subjetividades.

-Leyes amarillas: las normas que requieren inversión en cumplimiento, permisos o impuestos.

-Leyes verdes: oportunidades que debe aprovechar como subsidios, protección de su capital intelectual, estructuras tributarias o societarias adecuadas o sistemas de flexibilización laboral.

Un buen análisis legal de innovación y emprendimiento es el mejor complemento del modelo de negocio, puesto que afecta directamente la relación con terceros, la defensa de la ventaja competitiva, los canales y los flujos de dinero. Esto se vuelve aún más relevante cuando el emprendedor sale de las fronteras de su país pues debe cumplir con otras leyes y atender solicitudes de más autoridades.

Necesitamos innovación legal para tener emprendimientos exitosos. Con la ley no se juega. Para un emprendedor, el riesgo de incumplirle a sus aliados y clientes son demandas que pueden costar muy caro. Pero desconocer la ley puede llevarlo a la quiebra o, mucho peor, al terreno de la responsabilidad penal.