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martes, 20 de mayo de 2014

Todas las campañas presidenciales en Latinoamérica tienden a tensionarse en las últimas semanas y en ocasiones aparecen fenómenos de polarización entre los votantes, Colombia no es la excepción. Cada vez más vemos una campaña presidencial que tiende a polarizarse entre las dos opciones que seguramente pasaran a la segunda vuelta, la del candidato-presidente Juan Manuel Santos y el Candidato del Centro Democrático Oscar Iván Zuluaga; a tal punto que en realidad las otras tres candidaturas están virtualmente sin opción real de pasar a segunda vuelta y menos de obtener el triunfo. Lo cual significa que tendremos una primera y segunda vuelta presidencial con iguales protagonistas y resultados bastante reñidos, si nos atenemos a las diversas encuestas, aunque como hemos dicho, no siempre las encuestas reflejan adecuadamente el voto más ligado a dinámicas partidistas; las empresas encuestadoras también están a prueba en su credibilidad en estas elecciones. 

La candidatura de Oscar Iván Zuluaga recibió el empuje derivado del buen resultado electoral que tuvieron las listas al Senado del Centro Democrático, lo cual es la primera explicación del porqué despega esta candidatura presidencial, pero adicionalmente el empuje que le ha dado el expresidente Uribe como jefe de debate de la misma y centrando buena parte de su campaña contra el Candidato-Presidente y especialmente en contra de las conversaciones del Gobierno con las Farc en La Habana. Y esto se va a acentuar en la medida en que avancen los Acuerdos. 

La candidatura reeleccionista del presidente Santos si bien ha estado acompañada por tres de los partidos políticos que forman la ‘Unidad Nacional’ y otros apoyos más disgregados, esto ha llevado a un funcionamiento menos coordinado, al parecer, en las regiones. Para tratar de resolver esta situación, así como para contar con una vocería de mayor peso político es que se vinculó al ex Presidente César Gaviria a liderar la campaña del Candidato-Presidente y seguramente va a tener un impacto positivo en el tramo final de la primera vuelta y en lo que resta de la misma. 

El Acuerdo alcanzado la semana pasada sobre ‘solución al problema de las drogas ilícitas’, significa un gran avance en las conversaciones con las Farc, pero además plantea posibilidades muy importantes de incidir en la reducción de los cultivos de uso ilícitos, disminuyendo los cultivos de coca y de manera colateral la oferta de cocaína al mercado internacional y adicionalmente permitiéndole al Gobierno colombiano plantearle a la comunidad internacional un gran aporte a la solución del problema del narcotráfico, que recordemos es un problema global y en el cual Colombia solo interviene con una pequeña parte del mismo; los países consumidores y los que son paraísos fiscales tienen igualmente una tarea pendiente que desarrollar. Este Acuerdo parcial, que se empezaría a implementar una vez se llegue a un Acuerdo total sobre todos los temas de la agenda, sin duda puede conllevar cambios fundamentales en el tema de los cultivos de uso ilícito, así como en las políticas, de prevención del consumo y de lucha contra el tráfico de drogas ilícitas. Estos avances parecen generarles angustia a los adversarios de las conversaciones y acentuarán los ataques al Candidato-Presidente. 

La campaña parece entonces centrarse, más allá de la ‘guerra sucia’ que se ha lanzado desde cada una hacia la otra, en el tema de las conversaciones de La Habana y los significados e implicaciones de las mismas, porque sin duda el tema que polariza la campaña es el de la terminación del conflicto interno armado, los demás son temas en los cuales las diferencias son de matices, pero el de la paz y la guerra sí plantea una gran controversia acerca del futuro del país.