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viernes, 28 de febrero de 2014

Ha tomado fuerza aparente en algunos sectores una opinión que no es conveniente, pero que adicionalmente no es cierta. Se trata de plantear que no hay por quién votar al Congreso y que por lo tanto lo recomendable es votar en blanco porque así se iría a invalidar a los candidatos de las distintas listas y entonces se repetiría la elección y ahí sí aparecerían los ‘gallos tapados’. 

Los Congresos en todas las sociedades siempre son una mezcla de buenos, regulares y malos congresistas, pero eso lo definen periódicamente los votantes y claro, lo deseable siempre es que cada vez sean más los buenos y el voto en blanco precisamente no ayuda en esa dirección. 

Es por ello que considero que no tiene sentido político el voto en blanco -por supuesto, es respetable quien quiera ejercer su derecho de esa manera-. Lo que sí creo es fundamental que cada ciudadano tenga conciencia y criterio para determinar su voto. Es lamentable el voto que termina vendiéndose, además de ser un delito que debe ser perseguido y castigado por las autoridades, o simplemente dándose por lógicas clientelistas -a cambio de un favor personalizado, o del acceso a un derecho, como la salud, que lo tenemos todos los ciudadanos-. 

Para mí, el criterio fundamental para escoger un candidato al Senado es su posición favorable en relación con la terminación del conflicto interno armado y el apoyo político que pueda darle al mismo y al desarrollo legislativo de normas en el postconflicto; porque no tengo dudas de que el próximo Congreso va a tener el desafío de la transición al postconflicto armado. 

A vía de ejemplo y sin que esto signifique que sean los únicos posibles buenos congresistas, ni siquiera si efectivamente van a ser elegidos -la lógica democrática se resume en la máxima ‘reglas ciertas y resultados inciertos’-, sólo para mostrar que sí hay por quién votar en las distintas listas, señalo los que me gustaría que fueran elegidos. En el campo de la izquierda tenemos como recomendables en la lista del Polo Democrático Alternativo los nombres del defensor de Derechos Humanos Iván Cepeda y del líder agrario Alberto Castilla. En la de la Alianza Verde, el veterano dirigente Antonio Navarro Wolf y el líder de la izquierda Carlos Lozano. 

En los partidos de la coalición de Gobierno sucede algo similar, en el Partido Liberal está Horacio Serpa, un curtido líder siempre trabajando a favor de la paz, y Judith Pinedo, una dirigente de la izquierda democrática de la Costa Atlántica; en el Partido de La U están los nombres del dirigente costeño Armando Benedetti y de Roy Barreras, controvertido dirigente vallecaucano pero claro luchador por la paz negociada; en el caso de Cambio Radical, el joven dirigente Carlos Fernando Galán y Germán Varón un puntal de este partido político; en el Partido Conservador está el dirigente huilense Hernán Andrade y el líder barranquillero Efraín Cepeda, ambos puntales de apoyo a la búsqueda de la paz negociada en esa fuerza política. 

En el campo de la centro-derecha, en la lista del Centro Democrático nombres como los de Ana Mercedes Gómez y Everth Bustamante, considero son personas que han trabajado en el pasado reciente por la paz negociada. 

Por ello y como convencido de las ventajas de tener una buena democracia, mi invitación respetuosa a los ciudadanos es a votar y a hacerlo de manera consciente, con criterio y por el candidato que a su juicio podría representarlo bien en el Congreso. Si todos actuamos así, con seguridad, vamos a tener un Congreso plural y diverso políticamente en el cual predominen buenos congresistas y eso beneficia a nuestra democracia y a todos los colombianos.