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miércoles, 1 de marzo de 2023

El pasado 24 de febrero la Secretaría Distrital de Ambiente, en un trabajo articulado con el Gobierno Nacional y la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca-CAR, declaró Alerta Fase 1 por calidad del aire, en toda la ciudad de Bogotá, debido a las altas concentraciones de material particulado, registradas durante los últimos días.

La principal causa que llevó a tomar dicha medida, es el régimen de vientos que han traído a la ciudad contaminantes que vienen de incendios forestales presentados en diferentes departamentos y además los incendios generados en Venezuela, cuyas partículas han sido arrastradas por corrientes de vientos hasta Bogotá.

Según el reporte de las Autoridades Ambientales, en las áreas de influencia de los incendios, se emitieron cerca de 3.000 toneladas diarias de material particulado, mientras que la capital normalmente produce 20 toneladas diarias. Es decir que, los incendios están aportando al aire de la ciudad, entre 18 y 22 microgramos de material particulado por día, lo cual sumado a la producción normal que tiene la ciudad genera los primeros picos de alerta.

Otros de los factores que han incidido, son los fenómenos de inversión térmica, que se presenta cuando la temperatura en las capas superiores de la atmosfera, es mayor a la que se registra en la superficie, cuando lo normal es que las capas de abajo sean más calientes que las de arriba, la estabilidad de la atmósfera que además de retener el aire, también es capaz de retener la humedad, el material particulado en suspensión y diferentes contaminantes, lo que agrava la calidad del aire y las condiciones meteorológicas presentes en la ciudad.

Pero esta situación no solo se ha venido presentando en Bogotá, también se ha visto afectada la calidad del aire de los municipios cercanos a la capital. Es por ello que la CAR ha venido incrementando el monitoreo en las estaciones de Mochuelo y Soacha, manteniendo un estricto seguimiento para tomar las medidas necesarias en caso de ser requeridas.

El fenómeno atmosférico de contaminación, influye en las infecciones respiratorias agudas, en los fenómenos de alergias y de asma, y principalmente afecta a la población más sensible como los menores de 5 años y las personas mayores de 60 años, gestantes o personas con enfermedades respiratorias, diabetes, enfermedades cardiovasculares y asma.

Es por ello que varias secretarías se unieron a la declaratoria de alerta, estableciendo medidas voluntarias para prevenir afectaciones a la población, que a su vez ayuden a mitigar la contaminación, reduciendo así las concentraciones de material particulado. Entre estas medidas se encuentran las reducciones de operación de calderas y equipos que funcionen con combustibles sólidos y líquidos, humectación en vías sin pavimentar y de patios en construcciones, restricciones al sector movilidad, para vehículos de carga y particulares entre otras y además proponen medidas de autocuidado para la población, como disminuir la exposición en zonas de alta contaminación del aire.

Estas medidas evidentemente son benéficas para mejorar la calidad del aire a corto plazo. Sin embargo, hasta ahora las autoridades ambientales y el Distrito no han diseñado planes que a largo plazo contribuyan eficientemente con la calidad del aire en Bogotá. Desde el año 2020 se han presentaron varias declaratorias y la ultima fue realizada la primera semana de febrero de este año. Es hora de que las autoridades competentes desarrollen otro tipo medidas, que permitan reducir la contaminación en la ciudad de manera permanente.

Según los pronósticos de la Secretaría, se espera que las concentraciones de material particulado se mantengan en condiciones moderadas y regulares. Con medidas más eficientes la calidad del aire de la ciudad debería soportar estos fenómenos externos, evitando así tantas declaratorias de alerta.