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lunes, 14 de agosto de 2023

Si la relación de los jugadores profesionales de fútbol con sus clubes es contractual-laboral, ¿cómo es posible que se paguen semejantes valores por contratar a un jugador? Lo primero que hay que indicar es que no en todas las transferencias de jugadores se pagan sumas importantes de dinero. Cada vez es más frecuente que los clubes contraten jugadores que terminaron su contrato de trabajo, bien sea por vencimiento del término, por mutuo acuerdo o por justa causa y, por lo tanto, no sea necesario contar con el antiguo club. Como es bien sabido, el nuevo equipo de Messi no pagó un solo dólar al PSG, pues el jugador llegó luego de terminar su contrato de trabajo por vencimiento del término pactado.

El dinero aparece cuando los jugadores tienen contrato vigente y un club diferente quiere contar con sus servicios; en este caso la situación es bien diferente.

La primera posibilidad, ilegal en algunos países como Francia o Inglaterra y habitual en otros como España, es la cláusula de rescisión; que no es más que una suma de dinero pactada en el contrato de trabajo que le permite al jugador terminar la relación laboral mediante el pago de dicha suma. Tal vez los casos más recordados de esta figura en el fútbol fueron el de Figo en el 2000, cuando pasa del Barcelona al Real Madrid mediante el pago de 60 millones de euros, y hace menos tiempo el pago de 222 millones de euros que hizo el PSG al mismo Barcelona por Neymar.

Personalmente, considero las cláusulas de rescisión ilegales en Colombia, pero eso es asunto de otra columna, la realidad es que mediante su pago los jugadores y clubes pueden cambiar de club sin mayores problemas. FIFA las contempla y son utilizadas y contempladas en la legislación deportiva española y habituales en países como Colombia y Argentina. En Colombia prácticamente todos los equipos las incluyen en sus contratos de trabajo con sumas francamente abusivas.

Más difícil resulta la situación en la que el contrato de trabajo del jugador no tiene cláusula de rescisión, en este caso si un club desea contratar a un jugador con contrato vigente deberá negociar con el club empleador el valor que este considera adecuado para dar por terminado el contrato de trabajo con el jugador. Estas negociaciones son largas y complejas, pues generalmente hay más de dos partes involucradas; jugador y dos clubes cada uno con intereses distintos. En estos casos aparecen sumas increíbles por jugadores, pues al final se trata de un capricho de un dirigente. Tal vez el caso más representativo de esta situación se dio con Gareth Bale, por el que el Real Madrid pagó una suma increíble, simplemente por capricho de su presidente y habilidades negociadoras del presidente del Tottenham.

Adicional a los clubes y el jugador, aparecen agentes que generalmente hacen más complejo el esquema y aumentar el valor a pagar por el nuevo club. Las comisiones recibidas por estas personas son tan altas que FIFA decidió regular su actividad para limitar su importancia.

Cuando se hacen estos negocios aparecen personas e instituciones con derecho a recibir parte de la suma total pagada, en Colombia al menos el 8% del valor de la transferencia la debe recibir el jugador.

FIFA indica que hasta el 5% del total de la transferencia deberá ser pagado a los clubes que formaron al jugador a prorrata de los años en que estuvo en estos clubes, se denomina mecanismo de solidaridad. En conclusión, se trata de un negocio complejo donde se mueven muchos intereses y dinero.