Desde hace unos cinco años la nueva dirección jurídica de Fifa se ha encargado de crear nuevos reglamentos y actualizar los existentes para armonizar, regular materias nuevas, proscribir ciertas conductas inadecuadas y poner en cintura a algunos actores.
El avance en temas de género ha sido importante. Adicionalmente se incluyó dentro de la extensa regulación de jugadores a los directores técnicos, se creó una cámara de compensación para dirigir dineros efectivamente a clubes que reclamaban y otras materias igualmente importantes
En esta dinámica se incluyó toda la regulación de los agentes de jugadores y la labor que desempeñan; la idea es controlar esta actividad pues algunas personas estaban manejando grandes cantidades de dinero, muchisimos jugadores y manipulando clubes. Para esto Fifa decidió centralizar la concesión de licencias de agentes y dictar un reglamento que regule la actividad de manera adecuada con énfasis en comisiones bajas y evitar los conflictos de interés. Este reglamento fue objeto de denuncias, demandas y quejas que llegaron a las altas cortes europeas
A raíz de esto se iniciaron procesos judiciales, que al igual que lo ocurrido en la decisión Bosman, llegó al Tribunal Europeo para analizar la actividad de agentes frente a los tratados de la Unión Europea. En el asunto C-209/23, FT y RRC Sports GmbH contra la Fifa el juez de instancia elevó consulta al Tribunal de Justicia Europeo para que analizara el sistema implementado por Fifa. En días pasados salió la “opinión” del abogado general sobre el tema y un análisis del reglamento nuevo de agentes. Esta opinión es parte importante del proceso y si bien no obliga a los jueces, es difícil que la decisión vaya en contrario a lo indicado
En el dictamen, las materias identificadas en las actividades de agentes como objeto de reflexión fueron las comisiones desproporcionadas, hay agentes que en una sola operación podía llegar a ganar millones de euros. También hay preocupación por la forma en que algunos agentes tratan a los jugadores como si fueran mercancía, su mercancía y, típico de FIFA y del fútbol, se trataba de negocios opacos con casos evidentes de conflicto de intereses.
La opinión del Abogado General indicó que las normas de FIFA sobre agentes no son ilegales por sí mismas, pero solo son compatibles con el derecho europeo si cumplen exigencias estrictas. Deben perseguir un fin legítimo —como proteger la integridad del deporte—, ser proporcionales, no restringir injustificadamente la libre competencia ni la libre prestación de servicios, y respetar plenamente la privacidad de los involucrados. No basta con decir que se busca “ordenar el mercado”: hay que demostrar que las medidas son necesarias, adecuadas y no excesivas.
En términos generales se entiende que la opinión del Comisario es un respaldo a la nueva reglamentación que controla mucho más a los agentes, los obliga a reportar de manera permanente su actividad, limita las comisiones y protege de manera adecuada a los jugadores.
El problema radica en que lo dicho por Fifa no es implementado por las federaciones nacionales y por lo tanto la situación, al menos en Colombia no cambia. Acá asuntos de gran preocupación en FIFA son ignorados por la Federación Colombiana de Fútbol. Existen muchos temas, como las cláusulas de recisión, que a pesar de ser ilegales la federación las tolera.
Esperemos que la actividad de agentes en Colombia se regule como lo quiere FIFA para mejorar la situación de jugadores, clubes y por supuesto fútbol.
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