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martes, 15 de noviembre de 2022

El próximo domingo empieza el mundial de Qatar sin la selección. Salvo el fútbol femenino, en Colombia la crisis en este deporte es total. Clubes sin rumbo, pobres y muchos bastante desorganizados. La selección Colombia masculina juega partiditos, el próximo contra otra selección eliminada, Paraguay, que seguramente nadie le pondrá la más mínima atención. Torneos con apenas dos o tres fechas interesantes, con equipos que no deberían estar jugando y con estadios, la mayoría, semi vacíos o invadidos por energúmenos.

Con este panorama, me parece que es el mejor momento para comprar un equipo colombiano, el dólar alto y el panorama desolador puede hacer pensar que no es un buen negocio desde cualquier punto de vista; personalmente considero lo contrario. Es el mejor momento para invertir en este deporte, en este país y en esta economía y trabajar mucho para recuperar la inversión.

Aunque cualquier situación es susceptible de empeorar, considero realmente difícil que esto ocurra, al menos en Colombia. Es por esto por lo que considero que no sería mal negocio invertir en el fútbol ahora. Comprar un equipo colombiano no es difícil y sobre todo no es costoso. El trabajo jurídico para realizar tampoco es de gran alcance; estas instituciones no son organizaciones complejas con costos ocultos y situaciones que ameriten mucho análisis, en realidad son una oficina con personal administrativo, unos 25 jugadores con contrato de trabajo con no más de 15 contratos a revisar. Tampoco tienen grandes divisiones inferiores. Las deudas deportivas prescriben en dos años por lo que la revisión o el due diligence no implica mayor trabajo. No tienen muchos ingresos futuros realmente identificables, convenios deportivos por algunos jugadores y algo a recibir por mecanismo de solidaridad o indemnización por formación. Todo está por hacer.

El equipo más grande de Colomba puede costar muchísimo menos que un equipo de segunda división española o inglesa, uno argentino y ni qué decir de uno brasilero. Los ingresos futuros hoy en día para los clubes colombianos son mínimos, todo depende de la buena gestión del presidente de turno. Pocos derechos de televisión, menos que equipos en ligas como la ecuatoriana o la peruana, patrocinios golondrina y estadios vacíos es lo que le esperaría a el nuevo dueño.

No todo es malo; los jugadores colombianos son apetecidos a nivel mundial y si bien no aparecen silvestres, si es posible, con una buena organización en divisiones inferiores formar y sobre todo transferir jugadores colombianos. Hay clubes que entendieron el negocio, como Envigado, que permanentemente está recibiendo dinero por transferencias, derechos de formación y mecanismo de solidaridad. Un jugador cotizado en Europa puede costar más que el precio que se pagó por todo un equipo.

A nivel deportivo todo está por alcanzar, campeonatos cortos permiten, con una plantilla más o menos equilibrada y unos pocos jugadores de talento, clasificar a torneos internacionales donde se recibe dinero. En estos momentos ningún equipo colombiano ha logrado avanzar pero la experiencia de equipos ecuatorianos, específicamente el vecino Independiente del Valle que ya ha ganado dos veces la copa sudamericana permite pensar que en poco tiempo se puede avanzar en este torneo, o, por qué no en la Copa Libertadores.

Puedo estar equivocado, pero considero que el fútbol colombiano bien manejado es un excelente negocio a corto plazo si se hacen las cosas de manera adecuada.