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lunes, 22 de febrero de 2021

Siempre se ha indicado que hacer deporte es un buen hábito; hace algunos años se trataba de vivir bien, en estos tiempos de pandemia y crisis es una política de estado que busca reducir los muy altos niveles de obesidad de la población con todos los inconvenientes que esto trae para el sistema público de salud y por supuesto a las finanzas de cualquier país.

El deporte es salud, nadie niega las bondades de hacer al menos una o dos veces por semana ejercicio vigoroso. Ahora bien, ¿el deporte de alto rendimiento es salud? El sistema de control al dopaje fue pensado para intentar un deporte limpio y para proteger la salud de los deportistas. No estoy tan seguro de que este segundo propósito se esté logrando. Muertes súbitas de varios deportistas, lesiones recurrentes de estrellas que pasan más tiempo recuperándose que practicando el deporte e infinidad de atletas que bajo la excepción de uso terapéutico, un permiso para consumir una sustancia prohibida no para mejorar el rendimiento sino, como su nombre lo indica, para curar alguna dolencia, utilizan sustancias dopantes sin mayor problema

El control al dopaje aparece luego de que un ciclista inglés, Tom Simpson muriera subiendo el mont ventoux en el tour de Francia y en su autopsia encontraran rastros de anfetaminas y alcohol. Este no ha sido el único, varios ciclistas holandeses, entre otros el ganador de varias etapas del Tour de Francia

Bert Oosterbosch, murieron a los 30 años después de haber consumido EPO durante mucho tiempo; futbolistas que no pueden caminar por abuso de infiltraciones.

Alguna vez hablando con un periodista joven me dijo, una persona enferma no puede competir, lo comentaba cuando vimos varios ciclistas en alguna de las grandes carreras por etapas consumiendo medicamentos para el asma antes de empezar las subidas en las etapas de alta montaña. Yo le expliqué que WADA permitía el consumo de sustancias prohibidas para aquellos deportistas enfermos que debían competir. A mis alumnos, donde casi siempre hay uno o dos asmáticos les pregunto si es posible en medio de un ataque de asma subir un premio de montaña y entre risas y caras de incredulidad me dicen que es humanamente imposible. Los deportistas no deberían competir si tienen problemas de salud, la carrera de un atleta de alto rendimiento es corta, poner en peligro la salud puede acarrear problemas de por vida una vez retirados.

Tal vez el caso mas importante sobre este tema ocurrió en el fútbol profesional americano donde durante mucho tiempo se ocultó el peligro que acarreaba la práctica de esta actividad. Muchos veteranos retirados sufrían dolores de cabeza prolongados, demencia y no pocos se suicidaron con tiros en el corazón para que pudieran investigar los daños cerebrales ocurridos durante su carrera.

Los equipos, entrenadores, organizadores y en general cualquier autoridad debería evitar de la manera más estricta que un deportista participe teniendo algún problema de salud, es cierto y nos emocionamos al recordad “gestas heroicas” de futbolistas como Franz Beckenbauer o José Luis Brown que terminaron partidos con hombros luxados, cabestrillos improvisados y muestras impresionantes de dolor, pero esto no debe ocurrir.

El sistema al dopaje debería evitar la actuación de deportistas con cualquier enfermedad, no tiene sentido y los riesgos para los propios atletas, los organizadores de los eventos y las federaciones son altísimos. Antes que hacer controles al dopaje, deberían hacer exámenes médicos que evitarían problemas posteriores de salud y dopajes involuntarios