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martes, 30 de agosto de 2022

El fútbol colombiano está en cuidados intensivos; por experiencia todos sabemos lo que implica entrar en estos recintos, afortunadamente saldrá vivo; ya lo he dicho en varias columnas, el fútbol no se acaba, soporta cualquier cosa y ahí sigue.

La realidad es que el nuevo gobierno tiene intención de “hincarle el diente” a la Federación Colombiana de Fútbol, no será la misma la posición del gobierno de Iván Duque, benévola con algunos asuntos de la federación.

Personalmente creo que es una de las mejores organizaciones deportivas en Colombia que está atravesando por un momento complicado, manejan un negocio rentable que, no me explico por qué, lo está deteriorando con medidas tomadas al calor de acontecimientos puntuales o intereses particulares. Puedo asegurar que hay federaciones mucho mas mal manejadas, sin embargo el poder mediático del fútbol nos hace pensar que esta entidad es la más mala.

Hay que mejorar, y mucho. La necesidad más sentida es el fútbol femenino; siempre he pensado que una mujer se debía sentar al frente de este negocio y manejarlo de una manera independiente del fútbol profesional masculino. Algunos equipos difícilmente sobreviven con el equipo masculino, no entiendo como la harán con dos plantillas profesionales. Mi idea es que una entidad monte un torneo independiente con ayuda de Dimayor en tema de nombres, equipos y escudos pero que sea totalmente aparte del masculino.

Siguiendo con la Dimayor , todo parece indicar que les tocará sentarse a negociar alguna forma de acuerdo colectivo con los jugadores; ignoro la forma pues jurídicamente, como lo dice esta entidad, no son ellos empleadores de los jugadores profesionales; lo cierto es que la tendencia mundial y sostenida y se hacen negociaciones colectivas entre jugadores y las organizaciones que rigen el fútbol.

En gestión el esquema actual resulta inmanejable, un presidente que debe obedecer a 36 empleadores dista mucho de la forma en que se maneja el fútbol en otros lados donde funciona bien.

Resulta imposible tomar decisiones que no afecte de la misma forma a los 36 equipos, si cada una de estas debe ser explicada y sustentada a 36 presidentes se hace imposible el manejo del día a día del fútbol profesional; quien llegue como nuevo presidente deberá tener autonomía en sus decisiones; las asambleas generales no pueden realizarse cada quince días.

La tercera división del fútbol es fundamental para mejorar la calidad de ese deporte; en Colombia hay buenos jugadores que por falta de puestos en uno de los 36 equipos se pierden y que tienen capacidades suficientes para, también hay equipos en la primera B que reciben un dinero permanentemente y que no tienen peligro de perderlo pues jamás descenderán, equipos mediocres que por un campeonato cerrado nunca van a tener la intención de mejorar.

Finalmente, el fútbol aficionado está olvidado, campeonatos importantes e interesantísimos se jugaban en otras épocas. Las divisiones inferiores de los equipos profesionales no son necesarias y no es fácil mantenerlas cuando se juega poco y mal.

En otros lados hay campeonatos en todas las categorías que le dan fogueo a los jugadores jóvenes que suben y bajan de acuerdo con sus capacidades. El fútbol es un gran negocio que en Colombia se ha venido deteriorando; la mayoría de los ciudadanos somos consumidores que nos alejamos porque no nos gusta bien sea el producto ofrecido o los sainetes que están atrás de este gran deporte. Hay que salir de la UCI mejor que como se entró; las herramientas están, falta voluntad.