Agregue a sus temas de interés

Agregue a sus temas de interés Cerrar

lunes, 20 de septiembre de 2021

La pandemia mandó todo a segundo plano, las actividades se suspendieron o simplemente se cancelaron pues la reclusión impedía hacer cualquier actividad normalmente. El deporte logró normalizar, o por lo menos se adecuó a la situación de una manera más rápida que el resto de las actividades cotidianas; en algunos casos como las ligas profesionales americanas crearon burbujas y protocolos de aislamiento que permitieron desarrollar la competencia de manera más o menos normal. Los Juegos Olímpicos se suspendieron un año y a pesar de todo lo ocurrido y por todos ampliamente conocido, se realizaron con un año de tardanza.

En Colombia, el Ministerio del Deporte siguió despachando de manera virtual y más o menos, pero, no se sabe si por la pandemia o por el ritmo propio de los acontecimientos, las metas propuestas no se han alcanzado y dudo mucho que se logren.

Empecemos por el laboratorio del control al dopaje. Desde hace unos cuatro años la agencia mundial antidopaje le suspendió inicialmente y luego le retiró la acreditación al laboratorio colombiano. El laboratorio era considerado como uno de los mas sofisticados a nivel mundial y en Latinoamérica durante mucho tiempo fue el único en su clase. Desde el mismo momento de la pérdida de acreditación el ministerio indicó que “rápidamente” se lograría recibir la tan anhelada acreditación. Llevamos mas de tres años y a la fecha no se vislumbra o al menos no se oye ni ese lee que este laboratorio vuelva a formar parte de las entidades encargadas en Sudamérica de analizar muestras. Son dos las principales trabas para volver a la normalidad, por una parte, la modernización de los equipos y por la otra la administración por parte de una entidad independiente. Para el primer fallo se invirtieron sumas importantes de dinero y para el segundo se le encargó a la Universidad Nacional su administración. A la fecha nada ha ocurrido, el laboratorio continúa esperando su reapertura.

Siguiendo con el Dopaje, con bombos y patillos se sancionó una ley que criminaliza el suministro de sustancias prohibidas por la lista de sustancias y métodos prohibidos y que según el gobierno es una herramienta contundente para luchar contra este problema. En la misma ley se creó el Tribunal Disciplinario antidopaje que hasta el momento no existe y que pretende combatir esta práctica. La realidad es bien distinta, muchos deportes tienen problemas serios con el uso de sustancias y métodos prohibidos, en Colombia el ciclismo no solo da grandísimos corredores, sino que, salvo Costa Rica lidera la deshonrosa tabla de posiciones de corredores suspendidos por dopaje. Se acaban equipos, técnicos y dirigentes que renuncian, pero el dopaje en el ciclismo de base continua. Los discursos grandilocuentes distan mucho de la realidad en las carreteras. El dopaje en Colombia goza de cabal salud.

Como entidad de Inspección, control y Vigilancia, tampoco ha logrado el ministerio arreglar varios asuntos, muchas federaciones y ligas tienen problemas jurídicos serios y el ministerio poco ha hecho. En el fútbol, de manera bastante torpe ha intentado solucionar algunos problemas sin mayor éxito. El caso más doloroso es el del Cúcuta Deportivo que todo parece indicar que no volverá a funcionar, al menos en esa ciudad y con ese nombre, a pesar de la campaña que realizan las fuerzas vivas de la ciudad.

Finalmente, en los juegos olímpicos las medallas logradas y el nivel disminuyó en contravía con la dinámica que venía desde los juegos de Londres. Como muchos otros ministerios, mas autobombo que resultados.