Está haciendo carrera cada vez que en este desvencijado fútbol colombiano ocurre algún problema pretender solucionar todo invocando al Tribunal Arbitral del Deporte. Cualquier dirigente con algún problema de interpretación de uno de los enredados y deficientes reglamentos colombianos, o al que se le haya impuesto una sanción que no es de su agrado inmediatamente, en redes sociales y apoyado por los periodistas adecuados indica “iremos hasta las últimas consecuencias, acudiremos al TAS”.
Deportivo Independiente Medellín y ahora Real Cartagena se han tomado el trabajo de intentar acudir a este tribunal para intentar solucionar problemas que los afectan o decisiones que los dejan fuera de determinada competencia.
No deja de ser un anuncio bastante folclórico que pretende descrestar incautos que creen que desde Lausana Suiza van a poder solucionar lo que en Bogotá ni quieren ni pueden solucionar.
Lo primero que hay que decir es que los procesos en el Tribunal Arbitral del Deporte son largos; personalmente estoy esperando un fallo desde hace más de tres años. Las peticiones de suspensión de torneos o de inclusión en determinada división no puede esperar tanto tiempo. Es posible, por acuerdo entre las partes y los árbitros del panel, hacer un proceso acelerado, que de todas maneras dura entre uno y dos meses, no se puede sacrificar la calidad del tribunal por la velocidad.
Por otra parte, al TAS generalmente se llega en apelación de alguna decisión. No se puede intentar lograr una decisión directa en ese tribunal, tiene que haber un fallo que se apela. Esto con la reglamentación colombiana es bastante difícil, algunos laudos de equipos colombianos han llegado al Tribunal Federal Suizo que indicó que el TAS no tiene competencia para conocer de temas colombianos. Señalan que los reglamentos de este país son un “bosque oscuro”.
Una vez hay un fallo que se desee apelar se tienen 21 días para enviar una Declaración de Apelación que es un documento sencillo que permite abrir la puerta a este tribunal. Un folio con tres o cuatro informaciones básicas y mil francos suizos, nada quiere decir que el TAS reciba la declaración de apelación, diez días después se debe enviar la totalidad de la apelación. Aún en este momento no se puede decir que hay alguna posibilidad de obtener una decisión o mejor aún de una decisión favorable a los intereses al club que apeló. Luego de recibir la declaración de apelación se corre traslado a la entidad que dictó la decisión para que responda y si es necesario se debe integrar el contradictorio con otros interesados.
Uno de los mayores obstáculos para litigar en temas diferentes al dopaje, sobre todo en el fútbol son los costos; un proceso en ese tribunal puede costar alrededor de cincuenta mil dólares que si no son pagados rápidamente se declara desierto el recurso. Eso en este fútbol es una suma de dinero importante y muchas veces difícil de conseguir.
Como ya lo dije, hay laudos que se pueden demorar hasta tres años hecho que puede desilusionar a mucho dirigente afanado por conseguir una decisión en poco tiempo.
En conclusión, el TAS no es la entidad que solucionará los problemas de nuestro fútbol, generalmente no reacciona con la velocidad que quisieran quienes intrépidamente lo invocan y es costoso. Adicionalmente litigar allí no es fácil. Por todo lo anterior es bueno coger con pinzas todos aquellos anuncios de periodistas ávidos de chivas y dirigentes creativos sobre la posibilidad de “llegar hasta las últimas consecuencias en el TAS”
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