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lunes, 18 de diciembre de 2017

El ciclismo, desde siempre ha tenido la mala reputación de ser el deporte que más utiliza sustancias y métodos prohibidos para mejorar el rendimiento, en efecto, por allá a mediados de la década de los 60 el inglés Tom Simpson cayó muerto en una etapa del Tour de France luego de haber consumido anfetaminas y alcohol, fue precisamente este hecho el que inició el control al dopaje en el deporte.

Grandes ciclistas como Pedro Delgado, Marco Pantani y Alberto Contador, ganadores del tour de Francia han tenido problemas con sustancias prohibidas; ni que hablar de Lance Armstrong quien durante más de siete años burló todas las acciones de control al dopaje sin mayores inconvenientes, seguramente con la complicidad de autoridades y laboratorios acreditados.

Este deporte ha hecho grandes avances en el tema, sin embargo siguen apareciendo grandes corredores con problemas; la semana pasada se filtró la noticia que una muestra de orina entregada por el ciclista Chris Froome después de la etapa 18 de la pasada vuelta a España arrojó una nivel alto de la sustancia Salbutamol, utilizada en inhaladores para asmáticos, el más conocido es el Ventilan.

Llevo trabajando más de diez años en temas de dopaje y me llama positivamente la atención la propensión al asma que tienen los ciclistas de alto rendimiento; de cincuenta personas que conozco, ninguna es asmática; por el contrario, de 50 ciclistas puede haber más de 15 con asma. Tiene esto dos lecturas, la primera sería que la práctica del ciclismo de altísimo rendimiento hace que los ciclistas padezcan de asma pues no solo Froome consume Salbutamol; varios ilustres ciclistas lo han utilizado, entre otros Miguel Indurain, Jan Ullrich, Álex Zulle y Óscar Pereiro entre los más conocidos, es posible que la práctica del ciclismo en condiciones extremas de frío genere inconvenientes para la salud. La otra sería que se utiliza esta característica, es decir que la sola presencia del Salbutamol no resulta infracción al dopaje, para que algunos ciclistas escondan el uso como método para mejorar el rendimiento

Volviendo a la generalidad, una persona con un ataque de asma deja de realizar su actividad cotidiana para controlarlo, no se trata de una afección menor, se trata de una situación delicada que requiere un protocolo específico que entre otras cosas requiere un medio tranquilo donde la persona pueda de manera paulatina recuperarse de una situación que además es altamente angustiosa. No entiendo cómo podría un ciclista en plena competencia o poco antes de iniciarla controlar rápidamente un ataque de asma y salir a recorrer más de 200 kilómetros en bicicleta, es de todos conocida la fortaleza de los ciclistas aunque dudo que se llegue a estas situaciones.

En conclusión, personalmente creo que un ciclista con un ataque de asma, por salud debería dejar de competir, ya lo dice el reglamento de la Agencia Mundial Contra el Dopaje que la lucha contra el uso de sustancias y métodos prohibidos tiene como pilar fundamental la salud de los deportistas.

Esperemos tener mas noticias sobre el tema, varios ciclistas en situaciones similares han sido suspendidos y se les ha retirado los premios obtenidos, el caso de Froome es especial pues a este ciclista se le ha permitido transgredir el reglamento sin mayores inconvenientes; no olvidemos como en la vuelta Francia, luego de un accidente salió corriendo sin su bicicleta después de ser atropellado por una moto, situación totalmente anómala.