Agregue a sus temas de interés

Agregue a sus temas de interés Cerrar

lunes, 8 de junio de 2020

El momento por el que atraviesa el fútbol profesional colombiano no es el mejor, la pandemia no permite mayor desarrollo y no se ve apoyo del gobierno ni interés para intentar dar inicio al campeonato. Con esta situación muchos equipos empiezan a soltar lastre, la renovación de jugadores costosos se descarta, igual con técnicos extranjeros y se están negociando o mejor renegociando salarios a la baja con muchos de los jugadores. Seguramente muchos equipos empezarán a contratar con salarios bajísimos jugadores jóvenes de sus divisiones inferiores, hecho que personalmente aplaudo.

Es un volver a empezar para muchos clubes, con nóminas manejables lejos de la puja en la que semestre a semestre entran para conseguir a cualquier precio los jugadores deseados. Es el momento para intentar hacer bien las cosas, desde el punto de vista laboral, firmar un contrato de trabajo implica, para el empleador, una serie de obligaciones adicionales a el pago del salario.

Es bueno redactar un contrato de trabajo adecuado, escrito específicamente para un jugador profesional de fútbol; no puede ser que todavía de utilicen formatos del siglo pasado donde se le obliga al jugador, por ejemplo, a ceder cualquier invención realizada con ocasión de su trabajo. Lo ideal es que se redacten los contratos de acuerdo con las características personalísimas de cada jugador, no es lo mismo un joven de 17 años que apenas empieza a otro de 22 que seguramente en un año saldrá a jugar en Europa. Un solo contrato, sin trampas con la totalidad del salario pactado detallado en el contrato sin la intención de engañar al jugador o al estado.

También es bueno sincerarse en las cotizaciones de seguridad social y demás parafiscales. Estos pagos, si bien aumentan de manera escandalosa las nóminas de las empresas, tienen como objeto entregar seguridad y bienestar a los trabajadores y mucho más importante cubrir al club los riesgos de tener un jugador lesionado o enfermo por el covid-19 y no son una sugerencia sino una obligación.

Igualmente se deben pagar cesantías, intereses a las cesantías, primas y vacaciones y entregar a quienes les corresponde la dotación de vestido y cazado de labor (hasta ahora hay controversia si los guayos son o no dotación). Es importante hacer esto, igualmente bajo dos ópticas, la primera es porque la ley obliga y esta no se negocia, pero en el fútbol es fundamental para no perder jugadores importantes pues el incumplimiento de cualquiera de las anteriores da lugar a una terminación del contrato de trabajo por parte del jugador trabajador que quedará libre de contratar con cualquier otro club sin que el antiguo club reciba suma alguna.

También sería bueno iniciar con un reglamento interno de trabajo adecuado la labor de futbolista profesional, evitar actos de acoso laboral y en general diseñar mejor la actividad personal y subordinada que deberá realizar el jugador profesional.

Tal vez lo más importante en estos momentos es implementar el sistema de gestión de seguridad y salud en el trabajo, pues la hoja de ruta que permitirá evitar contingencias laborales propias de la relación jugador profesional equipo y aquellas derivadas de la pandemia, un nuevo actor en las relaciones laborales.

Lo anterior permitirá a los clubes sincerar sus costos y manejar de manera adecuada sus jugadores que son, en estos momentos de crisis los únicos que pueden ayudar a un club a salir adelante, panorama que personalmente me parece el mejor para afrontar el reto que implica sacar adelante un equipo en Colombia.