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lunes, 10 de agosto de 2020

La semana pasada, en una llegada de sprint de la Vuelta a Polonia, ocurrió uno de los accidentes mas impresionantes que se hayan visto en los últimos tiempos; un corredor, Fabio Jakobsen, acaba dando volteretas en el aire luego de que Dylan Groenewegen le cerrara el paso causando este aparatoso accidente. Generalmente se dice que lo que ocurre en la cancha, en la ruta, en el ring o en general en cualquier escenario deportivo allí queda. Una patada alevosa, un golpe bajo o un cierre en una carrera de formula 1 se toman como actividades propias del deporte. La realidad es bien distinta y me quiero centrar en el caso de Jakobsen para dar algunas ideas.

Existen conductas temerarias pero siempre sujetas al reglamento, varios son los defensas, en el futbol, que con gran pericia pero también con gran riesgo para sus rivales ejecutan “cortes deslizantes” para desde atrás quitar la pelota de un delantero. Si la jugada sale bien, la pelota sale limpia de los pies del delantero por el contrario, y ocurre la mayoría de veces este lance termina en una falta que viniendo de atrás que da para tarjeta roja, pero a pesar de lo aparatoso esta puede ser la única consecuencia.

En el ciclismo pueden ocurrir muchas situaciones similares, codos, demarrajes y cerradas que a pesar de todo se consideran como normales. Diferente es la acción de Groenewegen donde de manera altamente imprudente o inclusive dolosa causa el accidente, las tomas son dramáticas y en este caso el deportista deberá ser sancionado duramente, al ser evidentemente antideportivo. Es mas podría ser encausado civil o penalmente pues su conducta excede de manera amplia al reglamento.

Pero no todo es contra Groenewegen, los organizadores de la carrera tienen un grado de responsabilidad importante; una llegada en bajada con velocidades de mas de 70 kilómetros por hora crea un riesgo que no se si está dentro de los que cualquier ciclista puede aceptar. El espectáculo a pesar del riesgo de los deportistas no me parece adecuado. La Fórmula 1, otro deporte de alto riesgo ha adaptado las carreras y los carros para mejorar la seguridad de los pilotos, en algunos casos desmejorando el espectáculo. No soy experto en seguridad en carreras, pero parece que las barreras de protección no cumplieron con su cometido y mas bien hicieron que Jakobsen volara por los aires y que perdiera su casco, lo que empero la gravedad de la heridas, según la prensa. Organizar un evento de esta naturaleza requiere conocimiento y cuidado en el manejo de situaciones como las llegadas al sprint con personas que con apenas un casco llegan a mas de 60 km/h. La confianza de los deportistas en sus equipos de protección es total y estas situaciones no deben ocurrir, el casco no se puede caer en los accidentes, de otra manera no serán mas que adornos incómodos para los deportistas.

Mas dramático es un pobre fotógrafo que recibió de frente al corredor sin ninguna protección y sin ninguna participación en la carrera, un tercero que cumple con su trabajo y que por la mala organización y la impercia acaba, seguramente, en una clínica con problemas de salud.

El deporte es una actividad de alto riesgo los deben tener claro que no todo está permitido y que en algún momento una jugada que exceda a lo adecuado puede terminar con acciones civiles y aún penales en contra del infractor. Igualmente, los organizadores, que ganan dinero por montar un espectáculo deportivo, deben cuidar a los deportistas y a los terceros.