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martes, 8 de junio de 2021

Lo ocurrido en las dos últimas semanas, en el Giro d’Italia y la final de la Champions League permitió dilucidar lo que personalmente me parece notario, que el solo talento no es suficiente para triunfar. A pesar de lo que dijeron en su momento todos los detractores de la Super Liga que se resumía en que el verdadero fútbol está alejado del dinero, para ser exitoso en competencias de alto rendimiento se necesita dinero mucho dinero.

Para ganar hoy en día se requiere talento, jugadores, técnicos, ciclistas, que son pocos y que exigen grandes cantidades de dinero, no solo para contratar a los mejores sino para rodearlos de la mejor forma posible tanto desde el punto de vista humano como material. La infraestructura del equipo de Ineos cuesta, grandes buses, varios carros acompañantes, las mejores bicicletas y un corredor como Daniel Martínez, quien acompañó a Egan Bernal y evitó que en algunas etapas perdiera mucho tiempo, que debe tener un salario lo suficientemente alto para evitar que otros equipos lo contraten como jefe de filas.

El dinero es el principal imán para las figuras, las cifras astronómicas que se mueven alrededor de los mejores deportistas permiten indicar, que tener un deportista que marque diferencia es costoso. A pesar de las leyendas, no conozco ningún jugador que se quede en un equipo que le ofrezca poco dinero. El mayor insulto para los hinchas, que no para los deportistas, es mercenario. Y si, todos los deportistas son mercenarios. Yo llamo a eso, profesionales.

Pero, dinero y figuras no son suficientes, hay equipos con muchísimo dinero y con los mejores deportistas que no logran sobresalir. Los casos más evidentes, en estos momentos son los del Barcelona FC y Real Madrid que, según Deloitte Money League, son los equipos de fútbol económicamente más poderosos del mundo y que en la temporada 2021 apenas sobresalieron. En ciclismo me parece que el Movistar, con grandes talentos no ha logrado mucho por la falta de coherencia y organización. El Barcelona, además con una plantilla que sobre el papel es de las mejores adolece de organización. Sin entrar mucho en detalles, un expresidente estuvo en prisión por asuntos relacionados con la administración del club.

El tercer pilar es la organización, tal vez el más difícil de lograr y sobre todo de mantener. Quienes entran al mundo dirigencial del deporte lo hacen, en la mayoría de los casos, porque les gusta o porque tienen el dinero suficiente para comprar o enterar en alguna entidad deportiva. Dirigir un equipo de fútbol, una federación o simplemente un deportista individual va más allá del gusto por determinada actividad. La competencia es feroz, las herramientas y nuevas tendencias, así como la cantidad de personas que hay que dirigir hacen que la organización tome un papel fundamental en el éxito deportivo.

El fútbol sudamericano se aleja cada vez más del europeo y, personalmente creo, no tiene que ver con las diferencias económicas evidentes sino con la falta de organización. Seguimos padeciendo las consecuencias del escándalo de hace más de cinco años que acabó con la mayoría de los presidentes en la cárcel.

Acá no hay organización, el mejor y más reciente ejemplo ha sido la Copa América, cambios de sedes, ires y venires, por temas de pandemia y de orden público y al final se jugará (parece) en Brasil, donde más contagiados hay y los problemas de orden público cada día son peores.

Dinero no sobra, pero no falta, talento en Sudamérica hay, solo nos falta organización.