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lunes, 22 de noviembre de 2021

Nuestros deportistas son fuente inagotable de sabiduría popular, frases filosóficas que han alimentado el saber colectivo y que usamos en el día a día. Me vienen a la cabeza dos máximas; “es mejor ser rico que pobre”, de Antonio Cervantes Kid Pambelé, lo malo es que muchos son ricos sin importar la forma. Para esta columna traigo a Francisco Maturana que alguna vez dijo que “perder es ganar un poco” y si, en el fútbol colombiano, en la primera B es mucho mejor, muchísimo mejor perder que ganar. Lo hemos visto las ultimas semanas donde aparecen dos luchas encarnizadas, la primera de dos o tres equipos por ganar el torneo y subir a la primera división, equipos con cierta historia e hinchada para los que jugar en las grandes capitales en estadios llenos y recibir a los mejores equipos del torneo resulta ser un excelente negocio, a pesar de que los costos se disparen y los ingresos en principio sean los mismos.

La segunda competencia en el mismo torneo es, lamentablemente, la de NO SUBIR A PRIMERA DIVISIÓN. Para un equipo chico, sin estadio grande ni un grupo importante de seguidores es mucho más cómodo permanecer en la primera b, recibiendo poco pero gastando aún menos de lo que recibe, lo que hace que permanecer en ese mediocre torneo sea mucho más rentable, adicionalmente porque no hay peligro alguno de perder la categoría y por más malos que sean, nunca van a dejar de estar en esa mediocre primera b, no se desciende.

La razón la he expuesto en esta columna dos o tres veces pero me parece volverla a traer pues en el torneo actual se hizo evidente el deseo de algunos clubes, perfectamente inequívoco de no querer ganar y que considero se podría considerar una especie de amaño de partidos. Decirle al equipo hay que perder, o hacer todo lo posible por no ganar a mi modo de ver configura la falta disciplinaria corrupción, pero eso es un asunto que se puede comentar en otra columna.

Si un equipo recibe determinada suma de dinero por derechos de televisión, la que sea, alta o baja, pero solo gasta en el equipo el 50%, a final de mes le queda un superávit interesante sin hacer el mayor esfuerzo. Ahora bien ese mismo dinero no le da para formar un equipo competitivo en la primera categoría, debe buscar patrocinio, vender boletas y sobre todo, pagar mejores salarios a sus jugadores. La pregunta entonces es ¿para qué tanto esfuerzo?

La mediocridad es pues la regla general, adicionalmente, el sistema de descenso de la primera categoría está diseñado para que los grandes equipos difícilmente bajen a segunda división, no creo que vuelva a ocurrir lo que durante algo así como 5 años tuvo que padecer el América de Cali.

La conclusión es clara, los grandes equipos de la A nunca van a perder la categoría, los equipos chicos de la B, por muy malos que sean jamás van a descender a tercera división pues esta no existe. Los pocos equipos que pelean por subir a primera tienen muy difícil permanecer. Por lo que aparece nuevamente la máxima del señor Maturana y en Colombia sin lugar a dudas muchos de los que pierden en estos momentos en el torneo de la B serán ganadores a final de año.

Todo esto se debe a una repartición de derechos de TV poco inteligente que busca ganar votos en asamblea y no mejorar la calidad del espectáculo y del fútbol profesional. No creo que esto vaya a cambiar pero o crear la primera C (tercera división) o repartir deforma diferente los derechos de TV mejorarían sustancialmente nuestro maltrecho fútbol, como deporte y como negocio.