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lunes, 19 de febrero de 2024

Como siempre el deporte tarda en llegar a lugares donde la vida cotidiana los ha alcanzado hace mucho tiempo. Legalidad de los contratos, igualdad de género y muchas otras situaciones que en el resto de las actividades se superan, en el deporte simplemente no ocurre o se hace lentamente. Es importante hablar de salud mental.

Afortunadamente tratar estos temas e indicar que se tiene un problema psicológico ya no es un tabú, a diferencia de hace unos 10 años. La sociedad ha avanzado significativamente en la comprensión y aceptación de estos problemas, reconociendo que la salud mental es tan importante como la salud física. Este cambio de actitud ha permitido que más personas busquen ayuda y hablen abiertamente sobre sus experiencias, lo que a su vez ha contribuido a desmantelar los estigmas asociados con la salud mental.

Son muchos los deportistas que en los últimos tiempos han hablado de salud mental y apenas hasta hace muy poco tiempo se les oye. Simone Biles, la mejor gimnasta de los Estados Unidos, Naomi Osaka tenista japonesa o Michael Phelps, el deportista que más medallas olímpicas ha ganado, han narrado situaciones de depresión ansiedad o cualquier otro cuadro clínico de salud mental. Las personas que nombro son deportistas exitosos, que han ganado mucho, dinero, prestigio, trofeos y que pareciera que tienen una vida feliz sin problemas. Resulta para la mayoría de personas exótico pensar siquiera que estas caras del éxito puedan tener ansiedad, depresión o cualquiera otra dolencia similar.

El fútbol, por ser el más mediático tiene muchos más ejemplos. Recuerdo al argentino Mirko Sarik jugador activo de San Lorenzo de Almagro que se suicidó; igualmente jugadores en retiro como los arqueros Pedro Alberto Vivalda o Robert Enke tomaron esta decisión. Precisamente por este último se realizó un evento homenaje que se denominaba “Incluso los Héroes tienen Depresión”, título descriptivo de lo que ocurre cotidianamente y que ignoramos.

El fútbol con sus costumbres descontextualizadas y retrógradas, la creencia que se trata de un deporte en el que mas grite, mas pegue o como dicen algunos estúpidos el que más “ponga” será el mejor ignora que las personas que nos alegran la vida pueden tener angustias, temores y por supuesto tristezas. La frase “se arrugó” ataca cualquier conducta de las mencionadas e impide muchas veces que un futbolista pida y sobre todo obtenga ayuda adecuada.

Tarde, FIFA empieza a considerar esta situación y analiza en fallos de la Cámara de Resolución de Disputas temas de salud mental. Indicó el Tribunal del Fútbol en un fallo reciente: “La Cámara destacó que la salud mental de los jugadores es tan importante como su salud física, aunque no tan evidente como las lesiones físicas. Lo que se entiende común con respecto a lesiones físicas, es frecuentemente pasado por alto en casos de cuestiones psicológicas. Los clubes están obligados a proporcionar o disponer el tratamiento de las lesiones físicas que ocurrieron mientras en la ejecución de contratos de trabajo, se debe aplicar el mismo nivel de diligencia en cuestiones de una naturaleza mental.” No puede ser más claro, en dicho asunto FIFA consideró que el jugador tenía justa causa para dar por terminado el contrato de trabajo pues el club no atendió de manera adecuada la condición de salud mental del jugador.

No es una moda, es una realidad, los asuntos mentales de los deportistas no puede ser tratados a la ligera y es indispensable que las personas que administran el deporte tengan clara esta realidad.

* Andrés Charria, fundador de Tres Puntos Consultores