Iba a escribir sobre la serie mundial de béisbol que terminó el pasado sábado pero apareció una información que me parece más importante, al menos para el fútbol colombiano. La medida que impuso el Ministerio del Trabajo al Deportivo Pereira.
El pasado 30 de octubre, tras una inspección y luego de ríos de tinta, tuits y videos en los que se indicaba que el Pereira no pagaba salarios e incurría en varios incumplimientos, funcionarios de la Territorial Risaralda visitaron la sede del club y, luego de constatar lo que era evidente, decretaron una medida cautelar de suspensión de labores. Esta implica la prohibición de realizar actividades relacionadas con su objeto social —como entrenamientos y partidos oficiales— hasta que se verifiquen los pagos pendientes a sus trabajadores.
A pesar de lo anterior, hasta la llegada del ministerio de trabajo, nunca le pasó nada al equipo y sus jugadores se quejaban amargamente de su suerte.
El Decreto 1085 de 2015 señala en su artículo 2.6.3.3 que el reconocimiento deportivo puede ser suspendido o revocado por el Ministerio del Deporte cuando el organismo o club incumpla disposiciones legales, reglamentarias o estatutarias que afectan a deportistas, afiliados o terceros
Entendería uno que hace mucho tiempo se le debía haber suspendido este reconocimiento. En efecto, ya le ocurrió al Cali y al Pasto. El ministerio del deporte, siempre muy cándido con el fútbol tiene a bien suspender el reconocimiento de los equipos incumplidores en época en la que no están participando en los campeonatos. Supongo que lo hace para no molestar. De esta manera la sanción no cumple con su cometido.
No es la primera vez que ocurre lo observado en el Pereira. Hay equipos que se recuerdan precisamente por lo precario de la situación de sus jugadores. Los hinchas azules conocemos el equipo del “arroz con huevo” un equipo malísimo que solo podía vivir a punta de este criollo alimento pues a sus jugadores no les pagaban.
Es cierto que el fútbol es empresa privada y por eso funciona, lo que no puede eludir cualquier empresa privada es el pago de salarios. El ministerio de trabajo en su labor de inspección, vigilancia y control puede hacer lo que le hizo al Pereira en el entendido que más temprano que tarde el equipo debe cumplir con sus acreencias laborales.
El ministerio del deporte no realiza su labor de inspección vigilancia y control, las ministras del actual gobierno y los anteriores de otros gobiernos que han desfilado sin pena ni gloria por ese despacho no inspeccionan, vigilan y mucho menos controlan el deporte. Inauguran estadios no terminados, van a olímpicos y se toman fotos con los deportistas. El resto debe ser labor exótica para tan importante cargo. Ese ministerio no es más que un monstruo burocrático que no hace nada pero lo hace muy bien.
La situación del Pereira es delicada, si pierde sus jugadores, que debe tener varios buenos, los derechos deportivos salen del activo y la posibilidad de entrar en causal de liquidación es alta. Adicionalmente no puede desarrollar su objeto social que es jugar al fútbol.
La sanción permanecerá hasta que el club certifique ante el Ministerio el cumplimiento de todas las obligaciones laborales pendientes y no parece que haya dinero para cumplir con lo que el panorama es bastante oscuro.
Esta situación afecta directamente el campeonato. No es lo mismo jugar contra once jugadores tranquilos que con once que les cuesta llegar a final de mes o que sus hijos no pueden ser atendidos por la EPS.
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