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lunes, 30 de agosto de 2021

Cada semana el fútbol trae un nuevo asunto; en estos momentos las federaciones nacionales, los clubes profesionales europeos, las confederaciones y, como no, Fifa están inmersos en una disputa sobre la participación de los jugadores en las selecciones nacionales que deben cumplir con un calendario, bastante apretado, de eliminatorias para el mundial de Qatar.

En Inglaterra, un jugador que regrese de la larga estadía en Sudamérica para jugar las eliminatorias debe permanecer encerrado en un hotel durante 10 días más, como medida preventiva contra el covid. Situación similar en España, lo anterior sumado a que no se jugarán dos sino tres partidos hicieron que los equipos ingleses se revelaran y, al menos hasta el momento de escribir esta columna, no permiten que sus jugadores realicen el viaje. Por su parte, las federaciones sudamericanas y Conmebol solicitan apoyo de Fifa para que esto no ocurra; posteriormente, los equipos italianos y españoles asumieron la misma posición de los ingleses. Es lógico, con el calendario actual mas las medidas sanitarias un jugador puede estar ausente de su club empleador por prácticamente un mes.

Entiendo a los clubes, que pagan salarios enormes a sus jugadores y que esperan que estos desarrollen su actividad de manera normal en sus clubes. Las Federaciones, Confederaciones y por supuesto Fifa sin mayor escrúpulo, basados en reglamentos redactados por ellos mismos obligan a estos jugadores a realizar largos viajes, jugar partidos en condiciones extremas de calor, humedad o altura sin que les cueste nada diferente a pasajes y estadía, pues los clubes deben seguir pagando salarios. Adicionalmente deben asumir los riesgos de lesiones que, dadas las características de las eliminatorias, son frecuentes. En resumen, el virus Fifa.

Todos opinan, amenazan y discuten. Falta, como siempre, la opinión de quien debe viajar, entrenar y jugar. Los jugadores; es cierto que para la mayoría es un honor jugar para la selección y que seguramente un buen desempeño en las eliminatorias puede representar el cambio de club a uno de los grandes. Los jugadores, individualmente considerados no son oídos, se les reconoce su talento, su capacidad de producir riqueza, pero no sus opiniones. En la actualidad pocos hablan y de estos prácticamente a ninguno se le escucha. Los sindicatos de jugadores no son más que una copia de las federaciones, exjugadores que pretenden parecerse a Platini o peor a Blatter y que, al menos para el asunto actual poco opinan.

Cada vez hay más problemas, los jugadores no son súper hombres y algunos mas propensos a las lesiones permanecen gran parte del tiempo sin poder jugar. No es casualidad que los jugadores que participan en selecciones son los que más se lesionan, cualquier experto en deporte sabe que es tanto o más importante para un deportista descansar que entrenar y con este ritmo, el descanso es cada vez más precario, al menos para las grandes estrellas.

La pelea actual la solucionará la parte que tenga más fuerza y serán los jugadores los que viajen o no. El mundial de Qatar se planeó a pesar de los jugadores y se jugará sin importar su opinión. Sería bueno preguntarle a los verdaderos jugadores, no a los que están en un escritorio esperando a que Fifa los llame a conformar una comisión, a los que juegan tres partidos en una semana y vuelan durante 14 horas, son estos los ejecutores finales de las decisiones de dirigentes, dueños de clubes y funcionarios.