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viernes, 14 de diciembre de 2018

Por mucho tiempo hemos estado esperado la reactivación de la industria ferroviaria nacional, incluyendo la recuperación y modernización de las líneas férreas del país. Sin hablar, por supuesto, del metro de Bogotá.

Al parecer, la ANI tiene varias iniciativas para reactivar proyectos ferroviarios que ayudarían a la conectividad del país. No obstante, aún hay muchos interrogantes de cómo lograr un resurgimiento efectivo del transporte férreo nacional.

Uno de los principales interrogantes es acerca de las fuentes de financiamiento para la adquisición de los equipos ferroviarios. Este tema muy posiblemente no ha sido discutido ya que todos los esfuerzos se centran en la recuperación y modernización de la infraestructura ferroviaria.

Los equipos ferroviarios son activos de altísimo valor. Las fuentes de financiamiento pueden ser restringidas sino se cuenta con un marco legal que permita su financiación efectiva por parte del sector privado. Una financiación enmarcada en las garantías para los inversionistas respecto de la protección de su capital.

El sector privado jugará un papel trascendental en la recuperación de la industria ferroviaria nacional, incluyendo por supuesto el financiamiento de los equipos ferroviarios. Sin embargo, si no contamos con reglas de juego claras y uniformes para la protección de los intereses del sector privado, la oferta de financiamiento será escasa y costosa por el riesgo de la inversión.

Con el fin de implementar un marco normativo claro y uniforme para la protección de los inversionistas y con el objetivo de facilitar la financiación transfronteriza y nacional de equipos ferroviarios, Unidroit ha impulsado la adopción del Protocolo de Luxemburgo. Este es uno de los tres protocolos de la Convención de Ciudad del Cabo para el financiamiento de activos.

La Convención de Ciudad del Cabo es posiblemente la convención internacional de derecho internacional privado más exitosa de todos los tiempos. Colombia es parte de esta convención y del protocolo relativo a equipos aeronáuticos desde 2007.

El éxito de la adopción de esta convención ya se ha visto reflejado en otros sectores de la economía nacional, como lo es la industria aérea. Bajo el marco normativo de la Convención de Ciudad del Cabo y su protocolo relativo a equipos aeronáuticos se han financiado efectivamente y a un menor costo la gran mayoría de aeronaves de la flota de las aerolíneas colombianas.

Es hora de que el Gobierno Nacional adopte el Protocolo de Luxemburgo sobre equipos ferroviarios. La adopción de este protocolo se traducirá en la posibilidad de tener acceso a mayores fuentes de financiamiento a un menor costo para la adquisición de equipos férreos.

Le llego la hora a los trenes. Es momento de que pensemos de manera coordinada y con una visión de largo plazo. No va a ser posible lograr una reactivación efectiva del sector ferroviario nacional si no contamos con una normatividad efectiva para la financiación de estos equipos.

Y no nos podemos olvidar de otros sectores indispensables para la económica nacional, me refiero a los sectores de agricultura, de construcción y de minería. Vale la pena mencionar que Unidroit está trabajando en un cuarto protocolo bajo el marco de la Convención de Ciudad del Cabo para contar con una normatividad transfronteriza que facilite el financiamiento de equipos de agricultura, de construcción y de minería. Se espera que el texto final del cuarto protocolo se adopte el próximo año. Ya le llegará el momento a estos sectores.