La principal amenaza para los Bancos y las Compañías de Financiamiento no reside únicamente en la disrupción digital, en las Fintech o en la Inteligencia Artificial (IA). En realidad, si dichas entidades financieras enfrentan riesgos significativos, no es por factores externos, sino por un colapso interno. Tanto Bancos como Compañías de Financiamiento, incluso aquellas de reciente creación, se ven afectadas, en gran medida, por su persistencia en estrategias ineficaces para responder a las dinámicas actuales del mercado financiero colombiano.
En ese orden de ideas, dichas estrategias afectan silenciosamente y exponencialmente la relevancia del producto y desde luego, minan considerablemente la confianza de los consumidores financieros. Por lo tanto, es fundamental identificar los conceptos clave con el fin de evitar fallas que impactan significativamente a la sostenibilidad de la entidad financiera, a saber: (i) Lo digital no es un área de la entidad financiera, es su oferta principal. (ii) La experiencia del cliente no es un costo, es la ventaja competitiva frente al mercado y (iii) la innovación no se trata solo de tecnología, se trata de personas y en consecuencia, de un cambio en la cultura organizacional que se refleja en el producto.
Por supuesto, es pertinente recordar el renombrado caso del Silicon Valley Bank, cuya caída demostró que su enemigo no era externo, sino sus propios puntos ciegos internos, que no fueron cuestionados a tiempo. En el sector financiero colombiano, los puntos ciegos se pagan muy caro y se manifiestan como ideas ineficaces que están muy arraigadas en la administración de la entidad financiera. Dichas ideas se infiltran en los planes estratégicos e impactan negativamente la relación con los consumidores financieros.
Es innegable que los Bancos y las Compañías de Financiamiento afrontan desafíos sin precedentes, originados tanto por competidores nativos digitales como por la evolución de las expectativas de los consumidores financieros, que cada día son más exigentes. No obstante, las amenazas más críticas para su sostenibilidad radican en sus ineficaces estrategias y paradigmas internos que, no están a la vanguardia de lo que está pidiendo el mercado financiero.
Es mandatorio enfocarse entonces, en la mejora continua de la experiencia del cliente que es esencial para mantenerse relevante y competitivo en el panorama financiero actual. Dichas entidades financieras deben adoptar una mentalidad de iteración constante, perfeccionando y mejorando sus productos en función de las opiniones de sus consumidores y las necesidades cambiantes de esta industria tan competitiva.
En conclusión, los Bancos y las Compañías de Financiamiento que están siendo rezagados no colapsan de un día para otro. Su deterioro se produce de manera gradual y silenciosa, a medida que los clientes migran hacia alternativas más simples, ágiles y atractivas, o cuando los recortes presupuestales y procesos de reestructuración derivados de estrategias ineficaces, se traducen en despidos masivos que deterioran gravemente su reputación. La verdadera amenaza no proviene de la disrupción externa, sino de la cómoda ilusión de creer que la entidad financiera está a salvo, mientras sus propios prejuicios socavan su relevancia en un entorno de alta competencia. Si las ideas ineficaces no se corrigen oportunamente, pueden generar riesgos significativos para su estabilidad y supervivencia.
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