Agregue a sus temas de interés

Agregue a sus temas de interés Cerrar

sábado, 24 de octubre de 2020

Los modelos “Fintech” y los sistemas de financiación colaborativa surgidos en los últimos años, cada vez toman más fuerza e impactan las dinámicas de varios sectores económicos, no siendo el sector constructor e inmobiliario la excepción, aunque allí a un ritmo menos acelerado.

El sustento normativo sobre aquellos modelos de financiación colaborativa, dentro de los cuales destaca el crowdfunding, fue expedido por parte del Ministerio de Hacienda y Crédito Público mediante el Decreto 1357 de 2018 que adicionó un libro a la Parte 2 del Decreto 2555 de 2010, complementado por el Decreto 1235 de 2020.

Si bien estas figuras y su evolución no son nuevas, toman especial relevancia en la actualidad, esencialmente el Proptech, una vertiente del Fintech que desde el inicio del aislamiento preventivo obligatorio incrementó sus operaciones económicas en el mercado transformando significativamente las dinámicas inmobiliarias, pues ante la imposibilidad de las personas de hacer desplazamientos, aprovechó la realidad virtual, la inteligencia artificial, los videos en 3D y los iBuyers (comprador digital basado en algoritmos), como puente de comunicación y plataforma comercial para interactuar con los interesados en negocios inmobiliarios.

Por Fintech se ha entiendo la utilización de tecnología para ofrecer productos o servicios financieros innovadores, dentro de los cuales se encuentra la financiación colaborativa crowdfunding, la cual a su vez consiste en que, a través de una plataforma electrónica que sirve de puente, se ponga en contacto aquellos interesados en conseguir financiamiento para su proyecto con un gran número de potenciales inversionistas.

Por su parte, el término Proptech, etimológicamente procede de la unión de los vocablos property y technology, significando en conjunto, el uso de la tecnología digital para optimizar los procesos del sector inmobiliario, haciendo referencia a las empresas que a través de herramientas tecnológicas logran potenciar su servicio de venta o arriendo de activos inmobiliarios.

Lo llamativo del neologismo “Proptech”, es que puede englobar desde smart buildings y modelos de negocio de economía compartida en el uso de activos inmobiliarios (WeWork, Airbnb, HomeAway), hasta Real Estate Fintech, que surge de la intersección de Fintech y Proptech, los cuales, de la mano del crowdfunding, proponen una revolución en los modelos de inversión y el financiamiento de proyectos, haciéndolos más accesibles y democratizando las inversiones inmobiliarias al permitir que más personas puedan beneficiarse de los retornos financieros.

Pese a que este tipo de modelos siguen revelando dentro de sus grandes desafíos legales la protección de datos personales, la seguridad de la información, la protección al consumidor, el lavado de activos y la competencia equilibrada en el mercado, lo cierto es que el Proptech, ha sido impulsado con ocasión de las necesidades actuales generadas por el covid-19 y permanecerá en expansión debido a que su principal apuesta es revolucionar la forma tradicional de rentar, vender y comprar activos inmobiliarios con mayor rentabilidad, simplificando los procesos y trámites en beneficio de todos los actores de mercado.

El Proptech supone un abanico de herramientas innovadoras y positivas que transforman la forma clásica de hacer negocios inmobiliarios, no obstante, debemos estar vigilantes a los retos legales que la figura recientemente potenciada pueda generar, ampliar o hacer visibles.