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martes, 23 de enero de 2024

En la planeación patrimonial familiar hay una gran sensibilidad porque si se planea cuando ya existe el problema, esto actuar más como un bombero que apaga un incendio, que a alguien que quiere “aterrizar con estilo”.

Algunos ejemplos: (i) una cosa es exigirle a los hijos que firmen capitulaciones matrimoniales antes del matrimonio a cuando ya se casaron; (ii) no es lo mismo fijar las reglas de cómo usar el apartamento familiar antes de que alguno lo destroce, a cuando ninguno lo ha usado; o (iii) no es lo mismo fijar las reglas de quiénes pueden entrar a trabajar a la empresa familiar cuando ya hay familiares como empleados.

La conclusión: las reglas se fijan previamente, y no se establecen cuando el problema ya está presente.

Entonces, la planificación patrimonial es un proceso esencial para asegurar la preservación y administración adecuada del patrimonio familiar, donde se involucra la familia, la propiedad y la empresa o el patrimonio. Los fundadores, que son quienes construyeron el patrimonio, deben anticipar sus “amenazas”. No en vano la vieja frase: “la primera generación lo crea, la segunda lo disfruta y la tercera lo destruye”.

Para esto la “anticipación” es determinante como forma de planificación, pues es la forma óptima de asumir desafíos futuros o, inclusive, tener herramientas para que, cuando haya un conflicto, este tenga el escenario perfecto para ser resuelto y no deba inventarse en el camino cuando los ánimos están altos.

Las familias tienen muchas amenazas y para afrontarlas – con anticipación – deben, primero, visualizarlas o identificarlas. La amenaza más común y transversal es la tributaria y, ojo, vamos a entrar nuevamente en esa discusión en Colombia, así que hay que estar atentos.

Transversal a todas las familias está la “rotación familiar”, que son los cambios en la estructura familiar que se da por fallecimientos, nacimientos, matrimonios, divorcios. Todos esos hechos tienen efectos jurídicos y patrimoniales relevantes. ¿Cómo puede afectarse el patrimonio familiar si alguno de los hijos contrae matrimonio con alguien no tan querido por el resto de la familia? Mucho... y si hay hijos, mucho más.

Otra amenaza común es la presencia de una “oveja negra”. En todas las familias existe alguien que genera mayor preocupación que los demás, y a veces puede resultar conveniente generar reglas, condiciones o mecanismos de protección del patrimonio de todos para que no esté en riesgo de las malas decisiones que otros puedan tomar.

Aunque hay muchas más amenazas, hay algunas comunes que se enmarcan entre bloques generales: (i) la salud y sostenibilidad de los adultos mayores; (ii) la educación de los menores (incluye nietos); y (iii) la vivienda de la segunda y tercera generación. Las familias suelen anticipar estos – y otros – asuntos creando fondos, fijando reglas, inversiones, entre otros, pues son los principales temores a futuro de la gran mayoría.

La anticipación, entonces, (i) ayuda para proteger a la familia de imprevistos fuera de su control (como los fallecimientos, matrimonios o divorcios); (ii) ayuda a resguardar el patrimonio (para que, por ejemplo, un acreedor ventajoso o un yerno o nuera con iniciativa no intervenga); (iii) favorece las condiciones de maximización del bienestar familiar (tanto del patrimonio como de las dinámicas familiares); (iv) sirve para generar reglas claras de sucesión patrimonial y empresarial; y, por último, (v) reduce los conflictos familiares.