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domingo, 2 de marzo de 2014

Creo que la profesión de abogado tiene mucho que ver con la de emprendedor y por supuesto con la de empresario. Para montar un despacho no es necesario haber sido socio de una gran firma y eso además, tampoco es garantía de éxito, ni mucho menos.

En mi anterior post lo que pretendía reflejar es una tendencia de mercado, un hecho que está ocurriendo en estos momentos en el sector legal español: la aparición de micro despachos formados por abogados que salen de  grandes estructuras cansados de su rigidez y de su presión por facturar, con la ilusión de generar un proyecto propio.

Pero hoy, voy a hablar de los abogados emprendedores que no necesariamente han pasado por grandes firmas (entendiendo grandes estructuras como tal).

Lo primero que me gustaría destacar es que en las universidades e incluso en los colegios, el modelo de éxito que se presenta es el del directivo de una gran compañía o bien el socio de una gran firma. No creo que ese sea el único modelo de éxito, trabajar para uno mismo es extremadamente enriquecedor, equivocarse y empezar de nuevo debería formar parte de la mentalidad y del aprendizaje de nuestros jóvenes. Creo que es un error enseñar que sólo existe un tipo de carrera de éxito y sobre todo hay que remarcar que una carrera de éxito puede estar plagada de intentos no existosos. Creer que las carreras son lineales y siempre ascendentes es un error, y más aún en la coyuntura en la que nos encontramos. Para mí confiar en la capacidad de superación de las personas después de un golpe, es parte de la formación más importante en nuestros jóvenes.

Dicho esto, parece que ahora ser emprendedor está de moda, pero para entrar en esta clasificación parece que hayas de tener el éxito asegurado. Sinceramente creo que esta fiebre por los emprendedores ahora es un discurso más cosmético que real. Emprendedor es un profesional liberal tal cual y, por supuesto, un abogado. Superar el vértigo de no ser un asalariado y buscar clientes es algo que muchas personas llevan haciendo desde hace mucho tiempo, no es una etiqueta y responde a la realidad laboral de muchas personas. La crisis ha roto muchos paradigmas, ser asalariado ya es garantía de pocas cosas. Por eso creo que es tan importante cambiar el modelo de éxito en nuestros en nuestros jóvenes y en las personas en general. 

El sector legal está plagado de emprendedores, no olvidemos que el 95% de las firmas en España es de menos de tres abogados. Pero el sector legal no solo está atomizado, si no muy segmentado, hay muchos tipos de despacho y muchos modelos de negocio. El tamaño ayuda a la competitividad y a la optimización de costes pero creo que el momento actual brinda oportunidades a despachos pequeños y medianos sin tantos cotes de estructura y de una gran calidad técnica. Los clienes han entendido que la calidad no sólo está en los grandes.

Emprender sin experiencia siempre es más difícil, como todo en la vida, por eso creo que requiere un mayor énfasis en la planificación estratégica. Es importante tener un plan, focalizarse y evitar a toda costa ser el despacho de la clientela que entra por a puerta sin ninguna reflexión y dejarse agobiar por el día a día sin parar para poder planificar. Existen abogados de éxito que ejercen de manera individual (”sole practitioner”- es que los anglosajones tienen palabras para todo) y creo también en los abogados generalistas capaces de encontrar su hueco entre la superespecilización. El mercado es lo suficienemente amplio par encontrar diferentes perfiles de clientes con diferentes concepciones de lo que esperan de sus abogados. Lo importante es saber encontrar a qué clientes les interesa lo que podemos ofrecer.

No existe un modelo único de éxito, pero creo que el entorno es tan competitivo que requiere un esfuerzo mayor en la gestión. Los pequeños y medianos hechos así mismos están encontrando huecos. Pero no olvidemos que el modelo de negocio legal es un modelo en permanente crecimiento que requiere nuevos abogados y nuevos socios capaces de generar, los despachos deben crecer y deben planificar el crecimiento, aunque sean muy pequeños. Seguro que existen muchos despachos de éxito que no aparecen en los directorios internacionales y que ofrecen algo diferente. Pero creo que es importante no olvidar la gestión para generar crecimiento y que un despacho es una empresa aunque sea pequeña o muy pequeña. Aviso, si que creo en los proyectos de despachos pequeños y medianos.