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lunes, 17 de abril de 2023

Gran revuelo ha causado el bloqueo temporal, de Chat GPT, decretado el pasado mes de marzo por la Agencia de Protección de Datos de Italia, quien consideró que esta herramienta violaba el derecho de privacidad de quienes la utilizan y el Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea (UE).

Lo anterior por cuanto la aplicación había recopilado, masivamente, datos e información personal de ciudadanos y empresas, sin informarles y sin obtener su consentimiento.

Además, señaló la autoridad que la aplicación carecía de mecanismos para confirmar la edad de sus usuarios, lo que exponía a los menores a interacciones que pueden no ser adecuadas para su edad.

Según Reuters, el pasado miércoles la agencia abrió la posibilidad de suspender el bloqueo si Open AI, empresa titular de los derechos sobre ChatGPT, cumple con una lista de requerimientos, a más tardar el 30 de abril. De lo contrario, Open AI corre además el riesgo de que se le imponga una multa de US$21,7 millones o hasta el 4% de sus ingresos anuales.

Entre las exigencias que le fijó la entidad, a esa empresa, está la de informar a los usuarios los métodos que utiliza la aplicación para procesar sus datos, así como la adopción de mecanismos para corregir o eliminar información errónea, sobre las personas, que proporcione ChatGPT.

Igualmente, se le exigió desarrollar mecanismos para confirmar la edad de los usuarios.

Según BBC news, Ursula Pachl, subdirectora de BEUC, asociación de defensa del consumidor de la UE, ha manifestado además que existen serias preocupaciones sobre la posibilidad de que este mecanismo pueda ser usado para engañar y manipular a las personas.

A pesar de que la UE ha comenzado a elaborar la primera regulación del mundo al respecto, Pachl asevera que mientras ella no se expida los consumidores corren el riesgo de sufrir daños a causa de una tecnología que aún no está regulada.

Esta herramienta también ha generado reacciones por parte de personajes como Elon Musk y Bill Gates, quienes promovieron la firma de una carta abierta en la que manifiestan que esta tecnología constituye un peligro para la humanidad y solicitan detener por 6 meses los experimentos de inteligencia artificial, mientras se elabora un protocolo de seguridad.

Pero el bloqueo que impuso la agencia italiana no es el único desafío que afronta CHatGPT.

De hecho, no es raro que la información que proporciona la aplicación sea inexacta y errónea y con frecuencia se ignora de donde proviene.

Además, quienes la utilizan corren el riesgo de quebrantar los derechos de autor y de ahí la necesidad de adoptar unos protocolos y medidas de precaución para disminuir los peligros que esta herramienta representa.

Las inquietudes que ha despertado ChatGPT han ido mucho más lejos de las preocupaciones que generalmente acompañan la aparición de las tecnologías disruptivas y que usualmente desbordan el marco jurídico que las precede.

Al parecer estos temores tienen su origen en que la inteligencia artificial amenaza con desplazar al ser humano en actividades intelectuales que pueden tener una influencia decisiva en la sociedad. Es el caso de los escritores y otros oficios que son determinantes en la cultura y que tienen el potencial de afectar, vulnerar y deformar los valores sociales.

Lo anterior sin contar con la posibilidad de que esta tecnología pueda potenciar los fraudes y los ciber-ataques.

Así que al parecer el camino que le queda por recorrer a ChatGPT está lleno de escollos y se prevé que, de no adoptarse los correctivos del caso, la decisión adoptada por la agencia italiana pueda extenderse a toda la UE.