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lunes, 30 de enero de 2023

La Federal Trade Commission (FTC), inicio una investigación contra Coca-Cola y PepsiCo, con el fin de determinar si las estrategias de precios y prácticas de venta, de esas compañías, constituyen una práctica de discriminación de precios que contraviene la Robinson-Patman Act de 1936 (RPA), ley que no había sido aplicada desde hace más de 20 años.

La FTC está analizando cómo fijan, Coca-Cola y PepsiCo, los precios de sus productos a sus principales compradores, como Walmart Inc, en comparación con el método que utilizan para establecer los precios a otros competidores de menor tamaño.

Si esta autoridad determina que hay evidencia suficiente de una violación de la RPA, puede presentar una demanda ante un tribunal, en contra de esas compañías y, si el juez de la causa encuentra probada la infracción podrá emitir una orden de cese y desistimiento.

Hay que recordar que la RPA es una ley que pretende garantizar, a los competidores, la igualdad de oportunidades y, entre otras cosas, busca impedir que las grandes franquicias incurran en prácticas de discriminación de precios en detrimento de las pequeñas empresas.

Según William Kovacic, pese a que el RPA fue aplicada durante los años 60 y 70, al final de esta última década su aplicación comenzó a declinar, de manera notable, declive que se agudizó en los siguientes años.

La aplicación más reciente de esa ley terminó en un acuerdo, en el año 2000, entre la FTC y la compañía de especias McCormick. Con anterioridad, en el año 1988, se habían investigado, bajo la RPA, a algunas editoriales, entre ellas Simon & Schuster y Random House.

Para Kovacic algunas de las razones por las cuales se redujo la aplicación de esta norma fueron, entre otras, las siguientes: (i) desde los gobiernos de Nixon hasta Clinton se nombraron líderes que pusieron en duda el valor de la aplicación del RPA; (ii) se impusieron mayores requisitos, por parte de los tribunales federales, a quienes presentaran demanda al amparo de esta ley y, (iii) la adopción de una política de fiscalización que, influenciada por la Escuela de Chicago, se concentraba, primordialmente, en perseguir conductas que afectaran el precio, restringieran la oferta o que alteraran la innovación, calidad o diversidad del producto, en lugar de atacar conductas como la discriminación de precios y los monopolios.

Sin embargo, la corriente neobrandesiana a la que pertenece Lina Khan se apartó de esta política, para concentrarse en combatir el tamaño de las empresas y en reprimir las conductas verticales, por cuanto esta escuela considera que las empresas de gran tamaño pueden, no solo, afectar directamente el bienestar del consumidor sino también a los emprendedores y pequeños negocios.

La investigación contra Coca Cola y Pepsi es el reflejo de este nuevo enfoque de la FTC, quien como es sabido, pretende ampliar el número de investigaciones contra grandes empresas y en aras de este cometido, revivir la aplicación del RPA.

No obstante, se ha cuestionado si la FTA cuenta con la capacidad para adelantar las investigaciones en este nuevo campo, pues la aplicación de esta ley podría incrementar exponencialmente el número de los procedimientos a cargo de la Comisión, lo que implicaría la necesidad de contratar y capacitar a nuevos funcionarios.

Para los detractores de la escuela que lidera Lina Khan no es probable que los tribunales apliquen esta ley dado su complejidad y falta de aplicación judicial.

Otros autores, como el ya citado Kovacic, sostienen que en la actualidad no existe suficiente personal con los conocimientos para juzgar un caso o adelantar una investigación bajo el RPA.

No queda entonces otro camino que esperar las decisiones de los tribunales.