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jueves, 9 de abril de 2015

Se trata de un ardiente y refinado amante del buen comer. Aunque es más un hobby que una profesión,  se distingue por su insaciable curiosidad y voraz apetito por todo lo perteneciente al mundo de la comida.

¡Ojo! No estamos hablando solo de la comida gourmet y es muy importante no confundirse con el conocido ‘gourmand’, ‘gourmet’ o ‘foodie’. Aunque los dos tipos de entusiastas disfrutan de las especialidades de la cocina, la pastelería y las bebidas, el buen comedor se distingue al ser más sencillo y humilde en su acercamiento al mundo culinario. No solo está dispuesto a recogerse las mangas, ensuciarse las manos e ir a una plaza de mercado cualquiera por los ingredientes mas frescos, sino que además su curiosidad se dirige a la comida sencilla, autóctona y tradicional de las diferentes culturas.

Es un estudioso de toda la experiencia alrededor del buen comer, desde la semilla de la siembra, hasta el servicio en la mesa. Otra característica que separa al buen comedor

y a un ‘gourmand’ es el sentido de responsabilidad, no solo con la tierra y la comunidad al buscar ingredientes autóctonos, locales y en ocasiones orgánicos, sino también con su propia salud, razón por la cual es normal verlo buscando en Google recetas para jugos verdes y batidos proteínicos en la mañana, y minutos mas tarde, cómo hacer un cochinillo de leche en la noche. Aunque a veces resulta difícil entender estas ambivalencias, el buen comedor ha encontrado su balance (o lo tiene en mente).

Otra característica de estos comensales, aunque no es condición, es la fascinación y a veces obsesión con algún producto o receta especifica. Por ejemplo, existen muchos obsesivos con el sushi, o con los diferentes tipos de burritos, y la tan popular hamburguesa. Buscan obsesivamente encontrar la que según ellos es la mejor hamburguesa de cada ciudad que visitan y son muy críticos de las locales. Nunca será igual a la de shake shack en Nueva York, o a la de Comme Ca en Los Ángeles.

Otro gran interés es explorar una amplia variedad de sabores, texturas y formas. Son aventureros y tratan de no tener prejuicios hacia los sabores y experiencias.

Estas son algunas señales que pueden considerarse con este término. Sobre todo, el buen comedor se distingue porque va más allá del placer físico y sensorial. Tiene un verdadero interés por la historia detrás de cada receta, cada producto, no solo a nivel químico sino también antropológico y social.

Si usted se considera buen comedor o está en proceso, en esta columna encontrará con mayor profundidad cuales son las condiciones que harán que usted sea realmente parte de este grupo.