El derecho internacional público regla como delitos de lesa humanidad, y crímenes de guerra, no solo los que están catalogados como tales en el estatuto de Roma, es posible encontrar cientos de conductas que podrían estar catalogadas así, que se encuentran en diferentes tratados; ahora frente a la discusión de ni un día de cárcel, no solo el exsecretario general de la ONU, expresó su preocupación a tal solicitud, pues no solo por lo improcedente para buscar la paz, sino también porque dista de forma vertical con el derecho internacional, es justo por esta situación que la ONU se pronunció al caso concreto de Colombia y la verdad, no nos fue bien.
En el informe de Derechos Humanos que realiza todos los años la ONU, se analizó muy cuidadosamente el proceso de paz con las Farc y señalo que en el último año (2014) se generó un incremento considerablemente alto a la violación de Derechos Humanos, especialmente por el grupo que se encuentra en La Habana, dentro del documento a parte de denunciar esa circunstancia que es porque no llamarlo una denuncia, también hace una serie de recomendaciones al estado, como la adopción de medidas judiciales (penas), para hacerle frente a las constantes violaciones de derechos humanos, reconocimiento de responsabilidades y arrepentimiento.
Hay que advertir que frente a estas dos últimas recomendaciones, las Farc han sido muy cara-duras y sinvergüenzas, al expresar que ellos no son victimarios, sino por el contrario víctimas, y tampoco han mostrado arrepentimiento alguno, dentro de las recomendaciones que también podría entenderse como advertencia de la ONU, es la férrea imposibilidad a que se llegue a desarrollar una amnistía general o indulto a las Farc, que pese a que no ha sido “bautizado” así, las pretensiones y declaraciones de ellos no hacen inferir con hechos de valor tangibles, que quizás lo que buscan es una amnistía general, indulto y posiciones de poder como si nada.
Estas preocupaciones van desde luego con la solicitud de sacar a los niños de los grupos armados, y dejar de una vez por todas las hostilidades; lo que más destaco la ONU es la inexistencia de medidas para un eventual post-conflicto y un llamado al Estado para adoptarlas, dado que se desconoce aún que van hacer los desmovilizados, a donde llegarían, donde se concentrarían; si el Gobierno descuida el llamado o alerta de la ONU, no solo estaremos un proceso sin límites, sino también al final las capitales de departamento como Bogotá, serán epicentro de micro-.criminalidad desbordada, como el de las “maras” que tanto lamenta centro América.
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