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lunes, 3 de agosto de 2015

Los términos en el proceso son importantes así para algunos no tengan tal sentido, basta examinar el lenguaje utilizado que confunde demasiado a la ciudadanía, y por otro lado empodera a los violentos, porque no mencionar que el termino “desescalar” legitima desde varias perspectivas el asesinato de soldados y policías, el daño a la infraestructura energética, o los siniestros ataques al medio ambiente; muchos son los temas que demandan grandes esfuerzos en comunicación para que la ciudadanía entienda y acepte de alguna manera lo que se pretende negociar en La Habana, los esfuerzos en este sentido son pobres y los resultados dicientes. 

Para iniciar bastaría indicarle a la ciudadanía el porqué de la necesidad de hacer la paz, sin condiciones aparentes y con un lenguaje que empodera a la contraparte, hablar de vencedores y vencidos sería tan conveniente como hablar de condiciones para una paz estable y duradera, hay que mencionarlo porque el mensaje a grandes rasgos es obtuso y distorsionado a la realidad, las Farc han perdido la guerra están totalmente derrotadas y debilitadas, pese al oxigeno que han recibido por cuenta de unos diálogos sin condición alguna, esta organización que dentro de su plan estratégico contaba con llegar a 35.000 hombres  fracaso  por completo.

Si una organización militar en términos puramente tácticos, no cumple su plan estratégico y sus objetivos, y partiendo de la cifra de que hoy las Farc solo cuenta con un poco más de 8.000 hombres, esto significa que esa organización más que tener un fracaso estratégico, está totalmente derrotada, entonces ¿porque no mejor desescalar el lenguaje para no empoderar a quien no merece algo diferente a la cárcel? Los lenguajes son muy importantes máxime que en este asunto no solo está una organización terrorista con un aparato militar y el estado en la mesa, también está la ciudadanía que merece toda la  transparencia sobre los asuntos que rodean la paz.

Lo que viene no es menos importante en los próximos ciclos, es quizás lo fundamental y lo que demandara mayor información a la opinión pública, como es el tema de la justicia transicional, una postura que toma bastante fuerza es la posible conformación de tribunales mixtos, los cuales pueden ser interesantes desde que no se vean menguados los principios de verdad, justicia, reparación y garantía de no repetición, con plena observancia a la soberanía de la justicia colombiana, no obstante sería muy constructivo empezar desde ya a examinar probables criterios de conformación de tales tribunales para garantizarle a Colombia una paz sin impunidad.