En la actualidad la gestión patrimonial debe tener enfoque holístico de manera que combine las distintas prácticas que pueden surgir en una estructura, principalmente la viabilidad legal en materia de familia, comercial, societario, entre otras áreas del derecho, así como los aspectos de índole tributario y cambiario, y por supuesto debe complementarse con un análisis contable y financiero, de modo que se preserve el patrimonio, se optimice su rendimiento y se garantice su transferencia eficiente a futuras generaciones. En medio del contexto económico cada vez más complejo y regulado, la gestión patrimonial se convierte en una de las decisiones más estratégicas para la longevidad de los negocios y capitales.
En la construcción de alternativas, de manera concomitante al estudio legal, es vital contar con un acompañamiento contable y financiero para lograr estructuras financieras sólidas y sostenibles en el tiempo. Este enfoque en la gestión patrimonial no es solo una cuestión de números o revisar saldos en un estado financiero, sino que hace parte de la estrategia, previsión y cumplimiento, con la cual se puedan tomar decisiones conscientes desde el punto de vista financiero, mediante proyecciones de estados financieros, flujos de recursos y esquemas de fácil comprensión de los efectos económicos y las consecuencias de las alternativas planteadas.
A partir de los estados financieros actuales de las sociedades se pueden hacer estados financieros proforma que dimensionen los efectos contables de cada paso en la implementación para analizar las posibles consecuencias, como por ejemplo i) impuestos adicionales por tasa de tributación depurada que surge con el reconocimiento de valor razonable sobre activos, ii) los efectos en los dividendos al reconocer situaciones de control en inversiones que se miden al método de participación patrimonial en el estado financiero separado, iii) en la cesión de acciones la aplicación de la presunción del artículo 90 de Estatuto Tributario por tener un valor intrínseco contable considerable, iv) al liquidar sociedades tener una lectura previa de los activos que le corresponden y los impuestos que supone la liquidación, v) se pueden tomar decisiones oportunas para actualizar políticas contables ya que las actuales no reflejan adecuadamente el negocio; y así una cantidad de situaciones que se pueden prever desde la estructuración para tomar otros caminos o evitar sorpresas en el futuro que al final se traducen en mayores impuestos, incongruencia entre la realidad contractual y la contabilidad, suponiendo riesgos ante entidades regulatorias, o simplemente impactos inesperados en los estados financieros futuros que limiten la obtención recursos (deuda o equity nuevo).
Posteriormente, en cualquier estructura (principalmente en las estructuras que suponen una internacionalización) se debe construir un flujo de los recursos completos, de modo que se pueda visualizar desde la entidad operativa que genera la utilidad (caja) hasta que se le entregue el dividendo a accionista persona natural (donde quiera que sea residente fiscal) estableciendo cuál es su tasa efectiva de tributación en la estructura, y, especialmente en estas estructuras resulta de mucho valor conocer la tasa en cada jurisdicción, toda vez que es posible que por decisiones de negocio los recursos no lleguen al accionista persona natural, sino que se sigan reinvirtiendo y generando valor en alguna parte de las entidades.
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