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viernes, 2 de septiembre de 2022

El uso del IoT crece velozmente con aplicaciones en la salud, la energía, transporte comercial y en el propio domicilio personal cumpliendo funciones de automatización. El Internet de las Cosas (IoT), es un tema que además de ser actual es altamente relevante en la industria tecnológica y en la digital, siendo necesaria su correcta regulación en las diferentes materias, pero que en esta ocasión trataré el aspecto de la protección de datos.

Por lo anterior, es imposible no pensar en la vulnerabilidad de la privacidad de los individuos, causada por las diversas amenazas que se derivan de la actual recopilación de datos que de manera automática se lleva a cabo por los diversos dispositivos del IoT, y que a diferencia del uso del Internet actual esta recopilación pasa desapercibida sin tener por parte del individuo que asumir y autorizar o no su uso.

Varios aspectos a superar, están relacionados con el intercambio de datos entre fronteras, situación que ocurre cuando los dispositivos de IoT, recaban los datos en un sitio y estos son transferidos a otro territorio con diferente jurisdicción, originando la necesidad de contar con una uniformidad en la normatividad internacional.

Además de la anterior problemática, tenemos la del uso de los datos personales por parte de los entes de gobierno facultados para la seguridad y vigilancia de los miembros de la comunidad, información que puede ser utilizada en contra de los derechos civiles de un ciudadano o grupos de ciudadanos, por lo que es necesario regular para evitar esta manipulación abusiva de la autoridad.

Un tema que no debe ni puede ser excluido, siendo que se encuentra cercanamente vinculado, es la nube o cloud computing, toda vez que, es la herramienta natural de almacenamiento, tratamiento y uso de los datos derivados de los dispositivos del IoT, dando pie a que todos los dispositivos cuenten con una completa conectividad, no importando ni el lugar ni el momento que se encuentren o sucedan. Es por ello que, surge la necesidad de regular el flujo de datos sin perder la efectividad, alcance y avance de la tecnología.

En algunas ocasiones, dependiendo el dispositivo, hay varios retos, desde la información que recogen si estos son wereables o ponibles (por ejemplo relojes inteligentes, ropa inteligente, visores de realidad virtual; entre otros), que pueden incluir información biométrica, de comportamiento del usuario o incluso de medios de pago, que en caso de fuga de información, pudiendo ser a causa de un ataque al propio dispositivo o al servicio final donde están destinados, situación que ocurre casi siempre en la nube, poniendo en riesgo la privacidad.

El alcance de los retos del IoT no es privativo de los países más avanzados tecnológicamente, pues también los Estados en desarrollo deben responder con acciones para poder obtener to-dos los beneficios de ésta tecnología para sus ciudadanos.

Por lo que se debe implementar la suficiente y eficaz infraestructura, así como redirigir mediante el uso de incentivos tanto fiscales como mercantiles para aumentar la inversión y homologar la tecnología primeramente en forma regional y luego escalarla a nivel global.