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martes, 22 de octubre de 2019

En el último informe del Dane, el PIB de Colombia presentó un crecimiento de 3%, la cifra más alta desde 2015. Esto, sumado a la inestabilidad política y económica por la que están pasando algunos países de la región, ubica a nuestro país como una alternativa atractiva para la inversión en Latinoamérica.

Una inversión como la de Softbank en Rappi es el ejemplo perfecto de que el entorno macroeconómico sumado a la combinación entre talento y un plan de negocio atractivo, se deriva en una historia de éxito en torno al emprendimiento.

En cuanto a la construcción de un plan de negocio sólido y atractivo existen un sin número de modelos, estructuras y formatos. A grandes rasgos los elementos esenciales dados por conforme a las mejores prácticas de la industria en EE.UU. son: la descripción el problema, la solución, el mercado potencial y el tamaño del mercado, el equipo, análisis de competencia, la descripción de su producto o servicio y, obviamente, sus proyecciones financieras.

Estas proyecciones son claves, ya que deben permitir entender el performance esperado de la compañía a futuro y por tanto el potencial de tener un alto múltiplo de retorno sobre la inversión. Además, en términos cualitativos, cuando se presentan proyecciones adecuadas se refleja profesionalismo y se consigue crear cierto grado de confianza en los inversionistas. Así mismo las proyecciones financieras muestran la comprensión de la empresa y el modelo de negocio en términos elementales como de qué manera se monetiza. sin embargo, últimamente en materia de proyecciones financieras ideales el mercado en EE.UU. a enviado mensajes cambiando un poco lo que se esperaba de una compañía atractiva anteriormente.

La gran mayoría de inversionistas que incorporan en sus tesis de inversión a empresas en etapa temprana, buscan únicamente oportunidades con alto potencial de crecimiento en materia de ingresos y escalabilidad asociada a los mismos. Esto en principio, promete un retorno interesante sobre la inversión que compensa el alto nivel de riesgo, sin embargo, hacen falta dos elementos fundamentales para la generación de valor; la generación de utilidades y la liquidez.

Hacia finales del mes pasado The New York Times publicó un artículo comentando lo ocurrido con WeWork respecto a sus planes de oferta pública de valores o IPO por sus siglas en inglés. La compañía que esperaba listarse en Wall Street este mes, decidió posponer indefinidamente la iniciativa. Esto ya que, según el artículo, los números en la primera mitad del año arrojaron pérdidas operacionales de US$1.370 millones y los inversionistas desconfían cada vez de compañías con crecimiento acelerado, pero sin la expectativa de generación de utilidades en el mediano plazo. Así mismo según los analistas la exigente tasa de crecimiento de la compañía, la dejaría sin caja hacia mediados de 2020.

Este fenómeno podría pensarse como el comienzo de una nueva tendencia en cuanto a lo que los inversionistas entienden como un plan de negocio atractivo. Por lo anterior las compañías interesadas en buscar capital en las plazas más importantes del mundo, deberían reflejar en sus proyecciones financieras, como piedra angular de su plan de negocio; utilidades a mediano y largo plazo junto con sostenibilidad en materia de liquidez. Igualmente sería ideal plantear un alcance regional, aprovechando las potenciales sinergias y atractividad de los mercados vecinos. Con esto, se logrará un modelo orientado a la generación de valor para los accionistas.