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jueves, 16 de enero de 2020

La disrupción y escalabilidad de modelos de negocio es la fórmula ganadora para un gran emprendimiento, sin duda es la fórmula que seguir y el primer paso firme del caballo que aspira a convertirse en “unicornio” (1). Sin lugar a duda hoy podemos decir que disrupción y escalabilidad son dos palabras moldeadoras de sociedades, de realidades económicas y a su vez del sistema jurídico.

Una característica común de los unicornios internacionales más conocidos y de uso cotidiano (Airbnb y Uber) así como del unicornio colombiano Rappi, es su propuesta retadora al sistema jurídico existente. Seamos sinceros; en el caso que tanto Uber como Airbnb hubieran presentado su “business case” (2) en Colombia a un análisis “exegético y puramente jurídico” como al que están acostumbrados la mayoría de nuestros abogados, jamás habría dado luz verde al lanzamiento comercial de un unicornio por las limitaciones que en derecho se presentan.

De hecho, el ecosistema digital se encuentra muy adelantado en términos económicos y sociales, a lo que el derecho puede ofrecer en diferentes ordenamientos jurídicos internacionales. Los emprendimientos han terminado modelando esquemas jurídicos y generando regulaciones, para permitir a los mismos actuar dentro de un marco aceptable para los actores de mercado. Ejemplo de ello son el fallo de la Superintendencia de Industria y Comercio de 2019 contra Uber y el fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea de 2017 contra el esquema de UberPoP, los cuales comparten varios elementos en común.

Por ello una buena evaluación jurídica previa del business case es tan relevante, para de un lado (i) asegurar la viabilidad inicial del modelo empresarial, mitigando posibles contingencias y (ii) medir de manera adecuada el nivel de exposición a riesgo, pudiéndolo expresar en variables económicas. El abogado a cargo de realizar este concepto debe entender el esquema de negocio y comprender el concepto de rentabilidad vs riesgo, claramente dentro de un criterio de legalidad.

Para el emprendedor que esté presentando su business case o haya recibido una opinión legal inicial negativa acerca de su esquema de negocio, se sugiere realizar una evaluación jurídica previa que incluya los siguientes cinco pasos:
Evaluación de legitimidad del esquema de negocio: ¿Mi business case propone algo manifiestamente prohibido por una norma penal? Si la respuesta es sí, el business case debe replantearse, no debe hacerse nada prohibido por una norma penal.

Evaluación de legalidad del esquema de negocio: ¿Existen normas de carácter civil y/o comercial que tengan obstáculos al desarrollo de mi business case? Si la respuesta es sí, debe verificarse si es viable plantear excepciones, zonas de interpretación y medidas de mitigación.

Evaluación económica del riesgo legal: ¿cuál es el riesgo en caso que las excepciones, interpretación y medidas de mitigación que propongo no sean adecuadas? Debe saberse de antemano el monto de eventuales sanciones o medidas económicas en caso que la estrategia legal no tenga frutos.
Con los anteriores elementos el emprendedor podrá garantizar que su business case está teniendo un análisis legal orientado a negocio; no un simple análisis de “no go”. En el argot del emprendimiento las empresas unicornio son aquellas que llegan a contar con una valuación de más de US$1.000 millones, siendo relativamente jóvenes en el mercado.
En el argot empresarial es la presentación de la empresa y del negocio a realizar, incluyendo todo el mapa de procesos, costos, análisis jurídico,...