IA y su papel en las firmas de abogados

Cada día la Inteligencia Artificial (en adelante “IA”) es más relevante en la profesión del abogado. Esta tecnología llegó para quedarse y es algo del presente y no del futuro. Ante dicha relevancia, surge el proyecto de Ley 043 de 2025, por iniciativa del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, a través del cual se busca regular de forma transversal el desarrollo y uso de la IA con un enfoque de transparencia, ética e inclusión.

Este nuevo proyecto de ley nos hace pensar, nuevamente, en el papel que tiene la IA en el ejercicio de la profesión del derecho y, sobre todo, en las firmas de abogados.

La IA es una herramienta de la cual el ejercicio de la profesión legal debe sacar provecho, de forma tal, que genere eficiencias y agilidad en los procesos y tareas legales que desarrollan las firmas de abogados para sus clientes y para ellas mismas.

Es esencial entrenar a los abogados para que aprendan a utilizar esta tecnología de forma efectiva y que sepan para qué y cómo, se vuelve útil el uso de la IA. En este sentido, no solo los abogados junior o paralegales, sino todos los profesionales del derecho, deberían aprender a redactar “prompts” de forma clara y útil, de forma tal que la IA logre entenderlos y procesarlos adecuadamente, sin incurrir en alucinaciones.

Asimismo, la IA seleccionada debe ser objeto de entrenamiento por parte de los abogados, para que comprenda el modelo utilizado en la firma donde se pretende usar, y que, utilice específicamente las fuentes legales oficiales y pertinentes para la investigación o preparación del documento asignado. Sin duda, la IA debe cumplir además con estándares de confidencialidad y habeas data.

En esta misma línea, es necesario entender para qué sirven realmente los modelos de IA y, que así, sean empleados adecuadamente en las firmas de abogados del país. Su gran utilidad como complemento de la profesión legal, radica principalmente, en la búsqueda y organización de información jurídica, en la preparación de investigaciones, y en la redacción y preparación de documentos legales, que, en nuestra opinión, deber estar necesariamente sujeta a la supervisión de un abogado. De esta forma, la IA será una herramienta que genera mayor eficiencia y agilidad en la labor profesional del derecho, y por ende, en la de toda una firma.

Precisamente, es sobre la supervisión humana de los modelos de IA y los trabajos que la misma realice, donde se presenta uno de los grandes retos del uso de esta tecnología. Es de común acuerdo, que uno, sino el mayor, de los miedos de los abogados y de la gente en general, es el temor a que los profesionales deleguen todo el trabajo a la IA y no realicen una supervisión adecuada y se agregue poco valor. Ante este riesgo latente, por el uso, muchas veces excesivo de la IA, el proyecto de ley señala que los modelos que utilicen esta tecnología serán considerados como herramientas para el ser humano, y deberán permitir su control, auditoria y constante supervisión para un garantizar un funcionamiento adecuado, ético y responsable.

En ese sentido, parte de las lecciones de la IA en el ejercicio del derecho, es que es tarea del abogado utilizar estas herramientas de tal forma que logremos aprender y generar conocimiento propio a través de la IA y supervisar minuciosamente los resultados que esta genera. Así mismo, y por lo menos hasta hoy, la IA nos es útil como herramienta de trabajo, pero no reemplaza ni la sensibilidad o perspicacia, ni el criterio jurídico que da un mundo dinámico.

Si bien lo narrado en esta columna parece ser una discusión de hace unos años, lo cierto es, que aún son pocas las firmas que han adoptado formalmente el uso de la IA en sus procesos. Dar el paso hacia el uso activo y formal de la IA en las firmas, ya no es un paso disruptivo, sino uno necesario para estar a la vanguardia de los servicios que prestamos.